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Al  momento de referirnos a alternativas planteadas para evitar la producción de accidentes de tránsito de distintos grados de magnitud, una de las más modernas y efectivas es sin dudas, la utilización de radares de control.

Qué son los radares

Estos pequeños artefactos pueden utilizarse bien dentro del vehículo para facilitar la labor del conductor, o bien fuera de ellos, para regular el movimiento de velocidad de la vía transitada.

La gran mayoría de los países latinoamericanos han comenzado hace años la implementación de su uso a grandes escalas. Gracias a la evolución diaria de la tecnología, los conductores pueden beneficiarse de su utilización y comprender, además, que estos diminutos artefactos pueden salvar nuestras vidas con su sola presencia.

Algunos  de los tipos más conocidos de radares son los sensores para estacionamiento: aquellos que señalan la distancia respecto del vehículo que precede o antecede, facilitando así las maniobras del conductor.

Asimismo, es importante destacar que más allá de la función que nombramos anterior mente, su utilidad mayor está siendo dada en las autopistas como detectores de aquellos automóviles que estén excediendo los límites de velocidad permitidos.

Los radares se encargan, en estos casos, de generar una estadística y permitir labrar una multa de infracción al  conductor que esté infringiendo la ley en el mismo momento de realizada la falta, evitando así que persista en el error.

Cabe recordar que las faltas respecto al exceso de velocidad son las más comunes y las estadísticas oficiales en toda América latina indican que en autovías y carreteras ocho de cada diez vehículos no respetan los límites de velocidad máxima establecidos.

Tipos de radares

Existen dos tipos de radares:

a)      Aquellos que funcionan automáticamente y son utilizados para obtener información  acerca de determinadas  características en zonas de tráfico delimitadas.

b)      Los de función manual, manejados por integrantes de entes reguladores intervinientes. Son estos los más influyentes a la hora de realizar el control sobre un vehículo posiblemente infractor y aplicarle  o no la multa posteriormente.

 

La falta de un marco jurídico adecuado, las deficiencias en la vigilancia, la falta de control y cumplimiento de las normas, la insuficiencia en la vigilancia y el monitoreo epidemiológico de accidentes, la ausencia de mecanismos de coordinación eficaces, la ausencia de capacidades, las vialidades inadecuadas y el uso deficiente de los vehículos, la carencia de recursos y equipamiento y las deficiencias en los recursos humanos para la atención a víctimas, son las causas más importantes por las que en la actualidad, es aún difícil reducir los accidentes de tránsito.

La situación en América Latina

Es importante señalar que en México, existe una notable ausencia de la cultura de la legalidad, y por ende, esto ha generado una falta en la cultura vial, siendo imperativo introducir contenidos de seguridad vial en el sistema educativo formal. Esto permitirá que en un futuro, se den las transformaciones que el país necesita.

La población juvenil necesita habilidades de conducta necesarias para mejorar sus conocimientos sobre la seguridad vial, donde se encuentren involucrados con la comunidad y procuren el autocuidado personal y observen el respeto por los demás.

Por ejemplo, en otros países las estadísticas de moralidad prevenidas por el uso del cinturón, se han reducido entre un 40 y 50%, y las lesiones no fatales han disminuido entre un 40 y 55%. Sin embargo, en México es frecuente la omisión del uso del cinturón de seguridad, falta de mantenimiento del mismo, o ausencia de ellos en vehículos viejos. Por lo tanto es necesario fortalecer todos los conocimiento de seguridad vial, especialmente por los centros de formación tanto la educación formal como en las escuelas de manejo.

Es importante tener en cuenta que en los últimos seis años se ha incrementado el número de automotores registrados en México, de 15, 613, 916 en el año 2000, a 24, 972, 885 en 2006, es decir, un aumento de poco más del 60%. Sin embargo, el número de accidentes también presentó un crecimiento notable, pasando de 311, 938 en el año 2000, a 462, 505 en 2006.

Dentro del contexto de mortalidad general en México, los Accidentes de Tránsito, incluyendo la mortalidad de peatones, constituyen un problema creciente para la nación.

En 2005 se ubicaron como la sexta causa de muerte a nivel nacional con un total de 16, 682 defunciones. Es decir, un 3.3% de la mortalidad total anual, aunque en los grupos de entre 15 y 29 años de edad, se ubicaron como la primera causa de muerte, constituyendo el 15% de las defunciones entre la población joven.

En cuanto a la mortalidad por causas extrernas, es decir unas 53, 110 muertes, los accidentes de tránsito fueron la principal causa con una proporción de 31.4%. 11, 321 defunciones correspondieron a conductores o pasajeros, y 5, 361 a peatones. Esto no solo se reflejan en el gran número de años de vida potencial perdidos, sino también en la gran demanda de servicios del sector salud, afectando la calidad, cobertura y gastos de operación de los mismos.

En México, por cada muerte ocurrida en accidentes de tránsito, hay otras 45 personas que requieren hospitalización por lesiones diversas de gravedad, muchas veces con secuelas de discapacidad temporal o permanente. Además, por cada defunción de accidente de trásito, hay un total de entre 1000 y 1500 personas que requieren atención médica por algún tipo de lesión o herida.

Los costos por este tipo de accidentes en México, superan los 93 millones de pesos anualmente, de los que 9, 450 millones son costos directos tanto de los accidentes como de los peatones involucrados; 32, 270 millones se refieren al costo estimado que la sociedad deja de percibir debido a la pérdida de vidas que estaban en edad productiva, y 46, 384 millones en costos de hospitalización y servicios médicos para atender a los lesionados.

El objetivo general es reducir el número de muertes causadas por accidentes de tráfico de vehículo de motor en la República Mexicana, particularmente en la población de entre 15 a 29 años de edad, mediante la promoción de la seguridad vial, la prevención de accidentes y la mejora en la atención a las víctimas.

Los objetivos específicos son 1. Fortalecer y modernizar el marco jurídico y regulatorio, 2. Fortalecer e integrar las acciones de promoción de la seguridad vial y la prevención de accidentes, 3. Mejorar la oportunidad y calidad en la atención a las víctimas.

Las lineas de acción son diversas y pretenden:

a) Impulsar la promulgación de leyes y reglamentos federales y estatales, en materia de tránsito, transporte y vialidad.
b) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de alcoholímetros.
c) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de radares de velocidad.
d) Promover en las legislaciones estatales de tránsito la obligatoriedad del seguro de daños contra terceros.
e) Elaborar la reglamentación para la realización de exámenes psicofísicos para la emisión de licencias y permisos de conducir.
f) Evaluar la estructura, procesos y resultados de los Centros reguladores para la Atención Prehospitalaria de Urgencias Médicas en las entidades federativas.
g) Verificar y certificar las unidades móviles de urgencias y cuidados intensivos en sus tres modalidades.
h) Publicar documentos de capacitación, investigación científica y técnica en materia de seguridad vial.
i) Impulsar la creación de Observatorios Estatales de Seguridad Vial.
j) Documentar el análisis espacial de la ocurrencia de accidentes de tráfico mediante publicaciones cartográficas.
k) Reactivar las actividades del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes.
l) Impulsar la creación de una Comisión Inersectorial de Seguridad Vial por entidad federativa.
m) Incluir a organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en las actividades del CENAPRA y del PROSEV.
n) Incrementar el intercambio de formación y el número de proyectos conjuntamente con organismos internacionales, organizaciones e instituciones nacionales y extranjeras.
o) Incorporar contenidos de seguridad vial en el sistema educativo formal.
p) Impulsar la acción comunitaria para el desarrollo de entornos saludables.
q) Formar entrenadores en prevención de accidentes.
r) Realizar campañas de comunicación social en materia de seguridad vial para incrementar el uso de sistemas de seguridad y mejorar la conducta vial.
s) Promover la instalación de un Centro Regulador de Urgencias Médicas por entidad federativa.
t) Regionalizar los servicios de urgencias por el nivel de atención.
u) Promover el número telefónico único para la atención de urgencias médicas.
v) Profesionalizar a los Técnicos de Urgencias Médicas.
w) Impulsar la utilización de guías de práctica y protocolos de atención médica.
x) Incorporar programas de calidad en la formación académica de profesionales, técnicos y ciudadanos.

En gran parte de América Latina y el Caribe, las lesiones por accidentes de tránsito son consideradas por lo general, como un problema que únicamente concierne a los organismos del transporte y de vialidad, y no a los organismos de salud pública.

Obligaciones de las autoridades

Lo cierto es que las autoridades sanitarias de cada país, deben proteger y promover la salud de sus habitantes, coordinando todas las acciones encaminadas a procurar la Seguridad Vial. Ya sea mediante actividades específicas como campañas o programas, o atendiendo las emergencias que surjan por dichos accidentes, la autoridad debe tomar acción.

Realizar investigaciones periódicas a través de los organismos de salud y de seguridad, le permitirá a los Gobiernos, conocer los índices de mortalidad que generan los accidentes de tránsito, y desde luego, esto ayudará a implementar las políticas públicas más exactas para reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad, generadas por estos siniestros. Con ello podrán reducir los factores de riesgo, promover la seguridad vial, brindar una mejor atención a las víctimas y desde luego, crear normas y requisitos más estrictos tanto para los conductores como para las escuelas de manejo.

Estadísticas

En México, fue realizado un estudio exhaustivo al respecto, arrojando los siguientes datos. Las tasas más altas de peatón lesionado en accidente de transporte se fueron en los estados de Guanajuato, Tabasco, San Luis Potosí, Tamaulipas, Querétaro, Chihuahua y Jalisco.

Por otro lado, el estado de Sinaloa, tiene una tasa de defunción de ocupante de vehículo de transporte pesado lesionado en accidente de transorte, demasiado alta. Los estados de Colima y Yucatán tienen una mayor tasa de motociclista lesionado en accidente de trasnporte, y los estados con tasas más altas de ocupante de automóvil lesionado en accidentes de transporte son Baja California Sur y Zacatecas.

A pesar de estos índices, las autoridades aún desconocen los motivos de estas tasas tan altas, no se sabe si es por que existe un mayor número de conductores que aprenden a manejar sin ningún tipo de enseñanza profesional, o si es mayor el número de conductores que se deciden por un curso express de manejo. Lo cierto es que los índices son elevados, y requieren una especial atención por parte de la población y de la autoridad.