La preocupación por los altos índices de accidentes de tránsito en América Latina y el Caribe ha llevado a que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sea pionera de una estrategia de seguridad vial. Mientras en los países de ingresos altos, la cifra es de 10 víctimas fatales por cada 100.000 habitantes, en América Latina llega a 17 por cada 100.000 habitantes.
A futuro, en el año 2020, las cosas podrían empeorar, llegando la cifra incluso a ser de 24 por cada 100 habitantes.
La iniciativa.
El BID con esta iniciativa intenta contribuir a la meta de las Naciones Unidas de reducir en un 50% los índices de siniestros viales para el año 2020. Lo que el banco procura, entre otras cosas, es poner como prioridad la seguridad vial en el programa de los gobiernos, insertar en las operaciones de transporte varios componentes de seguridad vial.
También, y como componente esencial en todos los países de América Latina y el Caribe, crear una cultura de responsabilidad civil, donde la misma ciudadanía tome conciencia de lo negativo que conllevan las conductas irresponsables en una sociedad.
Acciones del BID.
En Colombia, en colaboración con la Universidad de los Andes, el BID ha trabajado en estudios de pros y contras de inversiones en seguridad vial en zonas urbanas, que revelaron en 2010 la reducción en un 37% en la siniestralidad vial en los sistemas de “tránsito rápido de autobuses”.
Asimismo, en países como México, Nicaragua y Uruguay ha ayudado a desarrollar programas que incluyen auditorías de seguridad y la capacidad institucional de algunos países en la región. También el Banco juega un papel importante en la “Semana de la seguridad vial”, donde existe la participación de instituciones responsables de la seguridad vial en países como Colombia, Paraguay y Panamá, que ya tuvo su semana en este 2012.
Las estadísticas anuales, indican que en América latina y el Caribe se registran 17 muertes causadas por accidentes de tránsito por cada 100,000 habitantes, además de los daños irreversibles. Las ciudades nicaragüenses no están exentas de los accidentes viales, que involucran muertes y generan altos costos económicos.
Sin embargo, Nicaragua como país miembro del área latina y del caribe, forma parte del programa estratégico que está desarrollando el BID, un plan de seguridad vial cuyo programa pionero tiene como objetivo promover acciones de seguridad vial en los países del área mencionada, para reducir los elevados índices de siniestralidad vial. Por supuesto, el trabajo principal estará en manos de los países receptores de la propuesta del BID.
Para llevar a cabo el programa, el Banco Interamericano ha analizado en forma general, las principales causales de los accidentes viales y con base en ello ha propuesto los siguientes objetivos, para el programa denominado “Década de acción”, con la meta primordial de establecer acciones concretas que generen efectos medibles; de tal forma que contribuyan a lograr el resultado que las naciones unidas buscan, que es reducir al 50% el número de muertes causadas por accidentes de tránsito para el año 2020.
El BID propone
- Incorporar elementos de seguridad vial en todas las labores de transporte, uso de cinturones, cascos, señalizaciones.
- Fomentar operaciones de transporte exclusivamente orientadas a mejorar la seguridad vial de los países.
- Favorecer el diálogo regional e intersectorial entre los gobiernos latinos y del caribe.
- Dar prioridad a la seguridad vial en la agenda política de los gobiernos de la zona.
- Crear una cultura de cambio y responsabilidad civil en seguridad vial, uso de zonas peatonales, empleo de cinturón de seguridad, caminar por aceras, emplear puentes peatonales.
El programa diseñado en Panamá para incrementar y difundir la seguridad vial forma parte del plan establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el decenio 2011-2020, cuyo objetivo es reducir en un 50% las estadísticas de muertes ocasionadas por accidentes de tránsito.
El gobierno panameño participa a través del consejo nacional de tránsito y seguridad vial (Contsevi), para desarrollar la iniciativa y definir las estrategias de trabajo, inicialmente se dieron a conocer los factores de riesgo más importantes: el uso de casco para los motociclistas, colocarse el cinturón de seguridad en los automóviles, control de la ingesta de licores de los conductores, sujetadores para los niños y uso de los cinturones en los sitios traseros de los autos, señalar las zonas para la circulación de los peatones y el uso de los puentes peatonales.
Usuarios más afectados: peatones y ciclistas
No obstante, es importante difundir la información a la población en general, sobretodo a los usuarios más afectados como son los peatones, ciclistas, motociclistas, adultos mayores, niños, adolescentes, mujeres embarazadas, y en última instancia a los acompañantes de los conductores. También, es necesario aumentar el número de señalizaciones de tránsito para los automovilistas e incrementar las sanciones para las violaciones a las leyes y los reglamentos de tránsito.
En Panamá una de las campañas de seguridad vial, más atractivas ha sido aquella cuyos mensajes eran: “si tomas no manejes”, “usa el cinturón de seguridad”, “cruza la calle cuando el semáforo lo indique”, sugerencias que ayudaron a reducir la frecuencia de accidentes de tránsito, eventos que son la principal causa de muerte en el mundo entre personas de 8 a 29 años.
Esta campaña forma parte del programa de seguridad vial, planeado por el gobierno panameño y es apoyada por la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La capital ecuatoriana contará con mil trescientos aspirantes a guardias de tráfico. Según la versión digital del diario El Comercio, desde Mayo estos agentes civiles de tráfico se encargarán del control de la circulación en el Distrito, si se cumplen las previsiones.

La acreditación como guardia de tráfico debe hacerla la Agencia Nacional de Control de Tránsito. De hecho, de los mil trescientos guardias en ciernes ya mencionados, cuatrocientos cuarenta ya han sido capacitados; doscientos cuarenta está a punto de concluir su formación; trescientos veinte se hallan en proceso de reclutamiento. El resto hasta mil trescientos está previsto que se recluten.
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En el mundo industrializado el continuo crecimiento de las ciudades es una constante, de tal manera que el movimiento continuo de la gente a través de ellas solo es posible en vehículos automotores, cuya cantidad crece en forma exponencial cada día. Como resultado de ello, la cantidad de accidentes viales que se producen en las ciudades aumenta rápidamente, aún cuandoexisten normas de transito.
Aparentemente, estas medidas no son suficientes para regular elcomportamiento de los conductores cuando están detrás del volante, estas actitudes sumadas aotro tipo de conducta agresiva, han llevado a que el gobierno mexicano desarrolle una política de seguridad vial.
La Estrategia Nacional de Seguridad Vial
El programa de seguridad vial es de tipo nacional y se ha designado Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020, y se inspira en el programa denominado Decenio de Acción Para la Seguridad Vial, instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo objetivoes reducir en diez años a la mitad el número de muertes y de discapacidades, ocasionadas poraccidentes viales en todo el mundo.
A través de éste programa de seguridad vial, el gobierno mexicano, y en forma análoga a la gestión de la ONU, estableció el objetivo de reducir al 50 % las muertes, reducir las lesiones y discapacidades por accidentes de tránsito en los estadosunidos mexicanos. Con la participación ineludible de los tres niveles de gobierno, a través de laimplementación de las siguientes acciones:
- Fortalecimiento de la capacidad de la gestión de la seguridad vial.
- Participar en la actualización y modernización de la infraestructura vial y detransporte más seguro.
- Promover el uso de vehículos más seguros.
- Corregir el comportamiento de los usuarios de las vialidades señalando los factoresde riesgo que favorecen la ocurrencia de accidentes de tránsito.
- Optimizar la atención de los heridos leves y graves a través del mejoramiento de losservicios de atención hospitalario.