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2011 10 Ago

Al momento de tener que doblar con nuestro vehículo en alguna curva, es importante recordar que existen numerosos factores que nos pueden afectar directa e indirectamente haciéndonos salir  de la carretera, colisionando con el guardarrail o contra otro vehículo.

La velocidad

El primer factor a tener en cuenta, es la velocidad con la que entremos con nuestro vehículo a la curva en  cuestión. En todo momento  debe ser la adecuada al lugar: ni excesiva ni demasiado lenta.

Una vez que la curva ha sido tomada, debemos mantener la velocidad siempre constante y acelerar suave y progresivamente. Este movimiento está relacionado  con leyes físicas como, por ejemplo,  la fuerza centrífuga (aquella que repele a los objetos lejos del centro de gravedad). Por eso, al momento de tomar una curva, la aceleración debe ser constante ya que es este movimiento el que permitirá que la propia tracción del vehículo nos lleve hasta el  final estable y  satisfactoriamente.

Lo ideal es tomar la curva de manera ligeramente abierta y realizar un ángulo recto imaginario, cerrándonos en el centro de la misma.

Tracción delantera y trasera

Asimismo, más allá de la forma de tomar la curva  es un factor determinante el tipo de tracción que posee el vehículo. Recordemos que existe la tracción trasera y la delantera.

Los vehículos con tracción trasera (generalmente los de tipo deportivo) son adecuados para personas con amplia experiencia al volante  y acostumbradas a un estilo de conducción que requiere un periodo de aprendizaje bastante exigente. Este tipo de automóvil tenderá a derrapar o “irse de cola” como se dice habitualmente;  es decir,  va hacia donde se encuentra su tracción. La mejor forma para evitar que el auto pierda estabilidad es contravolanteando reiteradas veces.

Los vehículo de tracción delantera, en cambio, son más adecuados para conductores principiantes o no muy avanzados ya que resultan ser más estables y más aptos para ciertos factores climáticos como la lluvia o la nieve. En caso de perder el control de este tipo de automóvil lo que sucederá es que el vehículo se desestabilizará en bloque y las posibilidades de retomar el control son casi nulas.

 

2011 26 Jul

Hay ciertas precauciones que tanto peatones como conductores deben tener en cuenta al momento de emprender un viaje por las calzadas de un sitio para evitar así cualquier tipo de inconveniente o accidentes de baja o alta gravedad.

Zona de incertidumbre

Todos aquellos peatones o vehículos que circulan por las vías públicas están rodeados de un espacio o zona hacia donde tienen la posibilidad de  desplazarse de un modo imprevisto; esto es lo que se denomina “zona de incertidumbre”. Para esclarecer algo más el tema, veamos un ejemplo: En el momento en que un peatón se encuentra cruzando la acera, se encuentra rodeado, por delante y por detrás, de una zona de incertidumbre para el conductor de un vehículo que se acerca ya que el peatón en cuestión puede tener de un momento al otro, una reacción imprevista tanto hacia adelante como hacia atrás a la que debemos estar preparados para prevenir cualquier tipo de accidente.

También los vehículos poseen una “zona de incertidumbre” especialmente a escasa velocidad, ya que el conductor puede frenar abruptamente, de forma lateral o hacia adelante así como también cambiar de dirección sorpresivamente o ser víctima de la apertura inesperada de una puerta.

Zona de riesgo

En la parte anterior de los vehículos existe una zona que se considera altamente peligrosa denominada “zona de riesgo”: el sitio corresponde al espacio necesario para detener un vehículo a velocidad. La zona de riesgo aumenta al acelerar el rodado y disminuye al momento de descender la velocidad.

El acto de superponer la zona de riesgo de nuestro vehículo con la zona de incertidumbre del vehículo precedente o procedente resulta sumamente peligroso. Exactamente lo mismo se puede decir de aquellas maniobras de adelantamiento en las que las zonas de riesgo de ambos vehículos involucrados generan la aproximación peligrosa de las mismas. De ahí surge la alta necesidad de mantener siempre las “distancias de seguridad” cuando circulamos detrás de otros vehículos.

Es importante para nuestra seguridad y la de los demás, respetar y guardar las normas de tránsito para evitar así cualquier tipo de accidente.

 

 


2011 15 Jul

Uno de los ámbitos de estudio de la Ingeniería del transporte, es estudiar y revisar las características del peatón, pues con ello enriquecen los diseños, conceptos, planificación y ubicación de dispositivos de control destinados a los peatones, los cuales pueden ir desde la señalización específica, hasta las zonas de seguridad, pasos a desnivel, pasos peatonales, cruce de peatones, etc. Dichas señalizaciones requieren de determinadas características visuales y auditivas.

Por poner un ejemplo, la duración de una luz roja depende directamente del tiempo que el peatón logrará cruzar la calle, la cual varía de 91.44 centímetros a 243.84 centímetros por segundo. Se deben tener incluso variaciones en cuanto a la velocidad de la caminata según el género, la velocidad media masculina es de 150.26 centímetros y la femenina es de 141.22 centímetros por segundo.

Se ha considerado que dichas medidas varían también en peatones de la tercera edad, discapacitados y niños. En el caso del peatón invidente, existen facilidades auditivas, e incluso la opción de activar la señal del semáforo a rojo. Con respecto a las personas con movilidad limitada, hoy en día se sugiere instalar rampas que les faciliten el cruce de una calle o intersección. A pesar de todas estas consideraciones, en América Latina aún es difícil encontrar una buena proyección de rampas para discapacitados, mucho menos existen apoyos auditivos para invidentes, ni aún en las ciudades más desarrolladas como Río de Janeiro, Buenos Aires o la Ciudad de México.

En cuanto a los ciclistas, a pesar de ser actualmente un transporte más común, en la región tampoco es posible encontrar instalaciones adecuadas para que puedan circular de manera segura. Es por ello la necesidad de dar un enfoque de mayor importancia a la Ingeniería del Transporte en países en desarrollo, como lo son la mayor parte de países que conforman la América Latina y el Caribe.

Recordar una regla de oro: el peatón siempre tiene la preferencia. En cuanto al ciclista, recuerde siempre que la persona que va al vehículo debe ser más prudente y cuidadosa.

2011 14 Jul


Los límites de velocidad son generalmente determinados por los gobiernos de los países pero, ¿en qué se basan dichos parámetros?

Las velocidades seguras de desplazamiento dependen tanto del tipo de infraestructura vial y del tipo de tráfico que exista en esa área. Los límites que fluctúan entre los 30 y 40 kilómetros por hora, son fijados en ubicaciones donde podría darse un conflicto entre automóviles, peatones y/o ciclistas. Entre los 50 y 60 kilómetros por hora se fija en intersecciones donde pueden presentarse accidentes laterales entre automóviles. Para carreteras donde pudiera darse un impacto frontal entre automóviles, que son por lo general de dos vías, el límite de velocidad es de 70 a 80 kilómetros por hora. Aquellas carreteras donde la posibilidad de impacto frontal o lateral es muy remoto, no suelen fijarse límites, o estos fluctúan entre los 100 y 120 kilómetros por hora, en tal caso solamente podría darse un impacto contra la infraestructura vial.

La velocidad y el descuido son las principales causas de los accidentes, es por ello que existen límites que deben respetarse, sin embargo, esto no se da en la práctica. La única forma de lograr que las leyes se cumplan y se respeten los límites de velocidad es mediante una educación integral y completa por parte de las escuelas de manejo, por parte de los gobiernos a través de campañas de seguridad vial, y la tarea de los padres es educar a los hijos con el ejemplo, evitar violar las leyes de tránsito.

América Latina aún tiene un gran camino por recorrer y muchos errores que subsanar, es una pena que la Comunidad Europea, que es de relativa «reciente creación», cuente con una página específica denominada «Seguridad Vial para la Comunidad Europea« (European Comission Road Safety en inglés), en la que existen infinidad de recursos, estadísticas, estudios y consejos con respecto a la Seguridad Vial, y en América Latina, hasta apenas 2004 pudieron realizarse estadísticas completas sobre diversos índices relativos al tema, y que en esa misma fecha la ONU haya instado a las naciones latinas a reformar sus leyes y procurar la seguridad vial.

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