La aparición constante y el uso extendido de nuevos dispositivos móviles y pantallas de navegación asistida provocaron la reacción de los organismos de control vial, quienes buscan comunicar el uso correcto de este tipo de equipos para evitar así situaciones de distracción al volante.
En los últimos tiempos se sumó al uso de teléfonos celulares en cabina, la utilización de los dispositivos de navegación asistida, conocidos de forma usual como GPS, un recurso moderno que reemplazó a los incómodos mapas.
Gps y Teléfonos inteligentes
Con costo más accesibles día tras día debido a la competencia que tienen con los smart phones, estos dispositivos cartográficos se lucen en la mayoría de los automóviles que circulan en las calles de las grandes ciudades.
Estos novedosos accesorios se suman a la creciente presencia de dispositivos del tipo electrónico dentro de la cabina de mando del vehículo. El problema, es que todos ellos están calificados como potenciales elementos de distracción para la persona que se encuentra al volante.
Algunos problemas
Según indican los especialistas: “El 50 % de las distracciones se producen al hablar con un teléfono celular. Incluso la utilización de los dispositivos “manos libres” para responder a una llamada implican al menos unos 8 segundos de distracción en el proceso de conducción”.
Ante estas recomendaciones gubernamentales de uso, las compañías desarrolladoras de los sistemas de navegación buscan diferentes alternativas para evitar generar distracciones en los conductores. Desde las empresas apuestan a nuevas tecnologías donde el desarrollo sea visual, intuitivo y fácil de entender.
Desde las herramientas integradas al vehículo, las compañías automotrices advierten sobre los riesgos que provocan estas distracciones al volante: un buen ejemplo es el sistema Sync de la empresa Ford, introducido mediante el modelo Fiesta, que recomienda no utilizar los dispositivos portátiles durante el trayecto.
Luego del surgimiento de sistemas de navegación GPS en vehículos particulares, desde los organismos de control reconocen que si bien el factor central de distracción es el celular, las demás herramientas plantean un problema similar.