Novedad!!! SIMULADOR DE CONDUCCION LOW COST- ESCUELAS DE MANEJO

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De los 30 millones de vehículos que circulan a diario por las calles y carreteras de todo México, entre el 55 y el 60 por ciento lo hacen sin haber contratado un seguro de accidentes viales, según el Centro de Experimentación  y Seguridad Vial de México (Cesvi), ya que este es uno de los pocos países que no contemplan el seguro obligatorio.

Esto representa un grave riesgo para la seguridad vial del país, dados los altos índices de accidentalidad en ciudades y carreteras mexicanas. Según un comunicado de la institución, el sector de las aseguradoras de vehículos en este país, paga alrededor de 35 mil millones de pesos al año por siniestros de automóviles.

Sin seguro obligatorio

Con estas condiciones, son numerosos los sectores que abogan por poner en funcionamiento una nueva normativa, o modificar la existente, para que el seguro sea obligatorio al comprar el vehículo. Actualmente el seguro no es condición para la adquisición del vehículo, y por tanto, no está legislada y regulada la responsabilidad civil el cuestión de accidentes de tránsito, según explica CESVI.

La adquisisción de un seguro a terceros, es decir, aquel que cubre la responsabilidad del conductor ante otros impliciados, no es demasiado costosa en México, contrario a lo que se piensa, pues puede comprarse un seguro de vehículo desde 100 pesos mensuales, algo que garantiza la protección de los conductores ante posibles eventos. Los expertos abogan por incluir el Seguro Obligatorio entre las estrategias que el país debe implementar para cumplir con las metas del Decenio de la Seguridad Vial, que establecen la reducción del número de muertes por esta causa en un 50 por ciento.

Grandes costos de los accidentes

Anualmente se producen en México más de cuatro millones de accidentes de tráfico que son los causantes de más de 24 mil muertes y 250 mil hospitalizaciones al año. Esta gran cantidad de personas lesionadas genera enormes pérdidas al año en materia de salud, infraestructura y seguros. En total, se calcula que los cosotos económicos de los accidentes suponen alrededor de un  4 por ciento del Producto Interno Bruto del país de forma anual.

 

Los tiempos cambiaron y con ellos los tipos de vehículos y las técnicas de conducción que se aplican a quienes acuden a las escuelas de manejo para apreder todo lo realcionado con el vehículos y la circulación vial. Por ello, es importante tener claros algunos puntos, como la posición correcta que deben tener las manos en el volante.

Airbags y cambios

Anteriormente se pensaba que la mejor posición para las manos era la que imitaba a las diez y las dos en un reloj, es decir, con ambas manos ligeramente por encima de la mitad de la circunferencia. Sin embargo, con el cambio de los vehículos en los últimos años, también cambian los hábitos de conducción y es preciso especificar que esta posición ya no es la más adecuada, pues con la presencia de bolsas de aire o ‘airbags’ en los autos, la posición debe cambiar. En caso de choque, los airbags saldrían  disparados en dirección a la cabeza y pecho del conductor, por lo que si las manos están en la posición diez y dos, podrían chocar con las bolsas, saliendo disparadas hacia la cara y causando lesiones.

Posición de las Tres  y las Diez

Una vez explicado esto, es preciso señalar que la mejor posición es la que coloca ambas manos en el medio de la circunferencia, es decir, aquella que corespondería a las tres y las nueve en un reloj. Esta posición permite mayor ángulo de giro así como capacidad de maniobra. Además, no interfiere tanto con la salida del airbag en caso de colisión.

En cualquier caso, conviene realizar otras recomendaciones como no soltar el volante, excepto una de las manos cuando se dispone a realizar el cambio de la palanca. Esto significa evitar llevar una mano permanentemente sobre los cambios de marcha. Tampoco deben cruzarse las manos, sujetar el volante por debajo o el interior de este, y no debe agarrarse con demasiada fuerza, dado que produce tensión y contracciones en la espalda.

 

Conducir un vehículo por zonas de montaña difiere considerablemente de hacerlo por llanuras o zonas urbanas, por ello conviene tener en cuenta algunas especificaciones para hacer que nuestro viaje se desarrolle de la manera más segura y tranquila posible.

Los primero que debemos tener en cuenta cuando nos adentremos en zonas montañosas es la topografía, dado que en estas áreas es común la aparición brusca de curvas cerradas, pendientes de subida o bajada muy propnunciadas, u otro tipo de accidentes geográficos. Al adentrarse en un viaje de montaña convien también tener en cuenta la existencia de microclimas que pueden hacer que las condiciones varíen en tan solo unos pocos kilómetros. 

Informarse del clima

Por tanto, conviene no confiarse nunca, mantenerse informado de las condiciones climáticas en la región que se va a atravesar y estar pendientes del flujo de tránsito, ya que no es lo mismo manejar por una carretera usada por camiones que una que solo utilizan vehículos ligeros. Es preciso recordar que la nieve y el hielo reducen considerablemente la adherencia de los neumáticos.

Un consejo fundamental es controlar la velocidad, llevando siemrpe un ritmo moderado. Si no podemos ver qué sigue tras una curva, conviene reducir la velocidad drásticamente hasta volver a tener un campo amplio de visión.

Revisión de frenos

Antes de adentrarse en rutas de montaña conviene revisar y hacer mantenimiento al vehículo, y especialmente, a los frenos.  En las bajadas es muy importante controlar los frenos, ya que, contrario a lo que se piensa, no por soltar el pie del freno de vez en cuendo, se enfrían estos.  Por ello es muy importante llevar una velocidad muy reducida y frenar con motor, mediante marchas cortas, de manera que haya que pisar el freno lo menos posible.

En subidas muy pronunciadas conviene también utilizar también marchas cortas, que permiten un mejor control del vehículo.  Y, por supuesto, una de las formas de evitar accidentes es no realizar maniobras en carreteras que no tengan completa visivilidad, ni adelantar a vehículos que circulan más lentos si no se tiene una completa visibilidad del camino.

Si seguimos estas sencillas recomendaciones, nuetro viaje por la montaña será mucho más seguro y fácil.

 

La velocidad es uno de los factores que, junto al alcohol, las drogas, el sueño, las distracciones al volante o el mal estado de las carreteras, ocasiona cientos de muertes en accidentes de tránsito anualmente en América Latina. Por ello, es conveniente recordar algunos consejos y aspectos relativos a la velocidad y la conducción de vehículos.

La velocidad, unida a las capacidades en las que se encuentra el condutor, es claves en las frenadas y tiempos de reacción. A mayor velocidad del vehículo, mayor será la distancia de reacción recorrida por este en el caso de una frenada brusca. Por ejemplo, si circulamos en nuestro automóvil a 50 kilómetros por hora, la distanci de frenado será de 10 metros, mientras que si lo hacemos a 120 kilómetros por hora, la distancia aumentará hasta los 70 metros.

A mayor velocidad, menor visión

Un aspecto que muchas personas desconocen es que a mayor velocidad menor es la capacidad de visión del  conductor. Por ejemplo, un conductor que circula a 30 kilómetros por hora tiene reducida su visión alteral en un 25 por ciento. Si circula a 45 kilómetos por hora esta se reduce en un 50 por ciento, y si se circula a más de 60 kilómetros por hora, se conduce con una visión tubo, es decir, una visión extremadamente centrada en el campo central, y restringida en los laterales.

Conducir a velocidades moderadas nos da por tanto una mejor capacidad en la frenada así como para evadir situaciones inesperadas, ayuda a mantener la fluidez circulatoria y la seguridad alrededor del neustro vehículo y es un factor clave para una conducción segura.

Velocidades máximas

La legislación latinoamericana respecto a la velocidad varía según el país en que se encuentre, sin embargo, generalmente, el mínimo para cirular por una autopista es de 40 kilómetros por hora, y el máximo oscila entre 90 y 11o kilómetros  por hora. En las zonas urbanas la velocidad máxima varía entre los 40 y los 50 kilómetros por hora, mientras que en zonas cercanas a escuelas, hospitales o residenciales, la velocidad no debe superar los 25 kilómetros por hora.

 

Los puntos ciegos en un vehículo son aquellas partes traseras y delanteras de éste que quedan fuera del campo de visión del conductor. En ocasiones, por la costumbre, se olvida que existen estos ángulos muertos, y esto es causa frecuente de accidentes. El más común de estos es atropellar a alguien, especialmente niños, cuando se circula en retroceso.

Cada auto tiene puntos muertos diferentes, dependiento del tamaño. Aquellos vehículos que tienen mayor altura, por ejemplo los tipo camioneta, cuentan con puntos ciegos de mayor dimensión.

Regular los espejos correctamente

Por ello, regular correctamente los espejos laterales y retrovisores del vehículo, así como tomar las precauciones debidas, son pasos importantes para evitar esos pequeños ángulos muertos que pueden causar alguna sorpresa desagradable.

La forma correcta de regular los espejos laterales es sentarse en el lugar del conductor  y mover los espejos de manera que, cuando la persona voltea a mirar, apenas puedan apreciarse los costados del automóvil, tanto en el lado derecho como en el izquierdo. Para comprobar si los espejos están bien colocados, se debe conducir por el carril derecho y mirar al vehículo que viene por la izquierda. Este auto no debería desaparecer del campo de visión del conductor, pues cuando desaparece del espejo debería quedar ya en la periferia de visión ocular de la persona, lo cual permite comprobar que están bien regulados. Si el vehículo permanece fuera de la vista durante varios segundos, los espejos están mal colocados y es necesario regularlos de nuevo.

Otras precauciones

Además de regular los espejos, si no se está totalmente seguro de tener un vehículo situado en un ángilo muerto, conviene mirar por encima del hombro, pues siempre es mejor estar totalmente seguros a generar un accidente o atropello innecesario. Otro aspecto importante es tener en cuenta los puntos ciegos de los demás conductores, y no solo los propios.  Por ejemplo, si un vehículo se sitúa demasiado cerca de la parte posterior de un camión, es posible que este no se percate de que está detrás.  Por ello, conviene dejar la distancia adecuada para poder aparecer en el campo de visión del resto de vhículos cuando se circula tras ellos.