En el pasado reciente solíamos dejar a la intuición y a la réplica, no siempre acertada, el aprendizaje de la técnica y la práctica del manejo del auto. Y, aunque es una práctica extendida, habrá que preguntarse la función de hacerlo desde la profesionalización de la actividad y si podemos considerar una pedagogía de la conducción. Especialmente hablando de cómo tratar el error y el facto emocional a la hora de enseñar-aprender a conducir.
