La policía nacional ecuatoriana ha registrado alrededor de seis mil quinientos conductores, en lo que va de año, detenidos y sancionados por exceso de velocidad. Una cifra que se verá, con toda probabilidad, incrementada, después de que a finales de julio, se iniciara una campaña de control de este factor en la mayoría de las carreteras de este país.

De entre los sancionados, la mayor parte, alrededor de dos tercios conducía con licencia de tipo B, que acredita para llevar turismos; un veinte por treinta por ciento, aproximadamente poseía carnet profesional, C, D o E, que les permitiría llevar vehículos con fines lucrativos; y apenas el cinco por ciento era dueño de una licencia del tipo A, para manejar motocicletas y ciclomotores.
El Director Nacional de Control de Tránsito, Manuel Redrobán, ha remarcado que casi la mitad –un 46%- de los accidentes que se producen en Ecuador se deben al exceso de velocidad. De hecho, hasta abril de 2012, de producían según las estadísticas de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), 7.773 accidentes, de los que 3.889 acaecían porque el conductor no llevaba una velocidad adecuada a sus capacidades.
Para reducir esta estadística, se invertirá el dinero de las multas, afirma el subdirector de la ANT, Pablo de la Torre, quien resalta la importancia de concienciar a la ciudadanía de los peligros del exceso de velocidad, y hacerlo mediante campañas efectivas.
Otras infracciones de tráfico que también han sido fuertemente sancionadas por todo Ecuador han sido el estacionamiento en lugares prohibidos, motivo por el que 66.000 conductores han visto afectado su bolsillo; no usar el cinturón de seguridad les ha costado caro a otros 43.000; y unos 13.000 han sido multados por usar el móvil al volante. Todo ello, entre otras causas, más o menos graves, pero, al menos, con menos incidencia.