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2012 7 Sep

 

El 90% de los accidentes viales, ocurridos en México han sido causa de muertes y de discapacidades permanentes. De acuerdo a las Organización de las Naciones Unidas (ONU), son contingencias, que se caracterizan, porque podían haberse evitado cumpliendo las normas de tránsito, cuyo conocimiento global forma parte de un programa de educación vial. Por otro lado, la investigación de la causa de los accidentes de tránsito mostró, que los conductores involucrados, se encontraban en la mayoría de los casos, bajo el influjo de bebidas alcohólicas y de otras drogas, en otros casos, los ocupantes de los automóviles no llevaban puesto el cinturón de seguridad al momento de la colisión, en otras situaciones, los peatones y conductores no respetaron las señales de tránsito, en choques con los motociclistas estos no llevaban el equipo de protección, entre otras faltas.

Factores relevantes de la educación vial

En términos generales, para que la educación vial sea eficiente:

  • Debe ser concreta, evitar términos abstractos que sea simple y entendible, para todos.
  • Estricta, las reglas tienen castigos sin excepción.
  • La educación vial, requiere difusión en todos los medios de comunicación.
  • La educación vial, tiene que actualizarse y adaptarse a las nuevas tecnologías.
  • La educación vial es un integrante de la familia, con el que se convive las 24 horas del día.

Varios de los programas de seguridad vial en México, que incluyen la educación vial en algún apartado, se han integrado al plan de la Organización de la Naciones Unidas 2011-2020, para reducir al 50% las muertes causadas por los accidentes de tránsito, han logrado reducir hasta en 12% las muertes en este rubro, aún así, aunque se reduzcan las muertes, la educación vial aparentemente permanece sin cambios.

Sin embargo, el índice de personas atropelladas ha disminuido en las grandes ciudades, y las colisiones con motociclistas y ciclistas, de igual manera el uso de casco en estos últimos se ha incrementado.

 

 

2011 18 Sep

Seguimos desarrollando la serie de comparaciones entre conducir a 120 kilómetros en la hora (kmh) o hacerlo a 150 kmh, en esta ocasión reflexionaremos juntos acerca de las eventuales colisiones.

Rigurosamente hablando, ambas velocidades son terribles a la hora de producirse alguna colisión, no hay mayores diferencias si colisionamos con algún objeto, las probabilidades de que las consecuencias sean fatales se acercan al 100 por ciento en ambos casos.

La diferencia está en analizar si podemos ensayar algunas maniobras defensivas y tener algunas posibilidades extras de evitar las colisiones.

¿Qué sucede cuando colisionamos a estas velocidades?

En los choques se libera energía en forma descontrolada, esa energía se traduce en la capacidad de producir cambios y obviamente mientras más energía se libera más cambios se producen.

Habitualmente utilizamos este mismo concepto en forma totalmente controlada, es decir liberamos la energía que queremos para hacer los cambios que deseamos. Por ejemplo para marchar, liberamos una cantidad de energía que mueve el vehículo y simplemente nos trasladamos de un lugar a otro.

Cuando esta energía se libera sin control a altas velocidades, los cambios casi siempre son negativos, perjudiciales.
Cuando el vehículo se mueve a determinada velocidad posee una gran cantidad de energía cinética, traducible en el cuadrado de la velocidad que lleva el automóvil.

Debido al uso de una regla de tres simple, si duplicamos la velocidad estaremos cuadruplicando la cantidad de energía cinética de nuestro vehículo.
Si comparamos las velocidades que venimos manejando en esta serie de artículos, podemos ver que si pasamos de 120 kmh a 150 kmh estamos aumentando un 56 por ciento nuestra energía cinética.

Un ejemplo aclara las ideas

Un automóvil estándar tiene una masa que normalmente ronda la tonelada métrica. A una velocidad de 120 kmh esta masa acumula una energía de 555 mil julios, lo equivalente a 113 repeticiones de un levantador de pesas trabajando con 200 kilos a dos metros y medio del suelo cada vez.

Para el caso que vayamos rodando a 150 kmh el mismo levantador debería poder realizar unas 177 repeticiones de su ejercicio.
En la próxima entrega veremos que sucede cuando intentamos frenar para evitar colisiones.