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2011 31 Jul

La falta de un marco jurídico adecuado, las deficiencias en la vigilancia, la falta de control y cumplimiento de las normas, la insuficiencia en la vigilancia y el monitoreo epidemiológico de accidentes, la ausencia de mecanismos de coordinación eficaces, la ausencia de capacidades, las vialidades inadecuadas y el uso deficiente de los vehículos, la carencia de recursos y equipamiento y las deficiencias en los recursos humanos para la atención a víctimas, son las causas más importantes por las que en la actualidad, es aún difícil reducir los accidentes de tránsito.

La situación en América Latina

Es importante señalar que en México, existe una notable ausencia de la cultura de la legalidad, y por ende, esto ha generado una falta en la cultura vial, siendo imperativo introducir contenidos de seguridad vial en el sistema educativo formal. Esto permitirá que en un futuro, se den las transformaciones que el país necesita.

La población juvenil necesita habilidades de conducta necesarias para mejorar sus conocimientos sobre la seguridad vial, donde se encuentren involucrados con la comunidad y procuren el autocuidado personal y observen el respeto por los demás.

Por ejemplo, en otros países las estadísticas de moralidad prevenidas por el uso del cinturón, se han reducido entre un 40 y 50%, y las lesiones no fatales han disminuido entre un 40 y 55%. Sin embargo, en México es frecuente la omisión del uso del cinturón de seguridad, falta de mantenimiento del mismo, o ausencia de ellos en vehículos viejos. Por lo tanto es necesario fortalecer todos los conocimiento de seguridad vial, especialmente por los centros de formación tanto la educación formal como en las escuelas de manejo.

Es importante tener en cuenta que en los últimos seis años se ha incrementado el número de automotores registrados en México, de 15, 613, 916 en el año 2000, a 24, 972, 885 en 2006, es decir, un aumento de poco más del 60%. Sin embargo, el número de accidentes también presentó un crecimiento notable, pasando de 311, 938 en el año 2000, a 462, 505 en 2006.

2011 30 Jul

El objetivo general es reducir el número de muertes causadas por accidentes de tráfico de vehículo de motor en la República Mexicana, particularmente en la población de entre 15 a 29 años de edad, mediante la promoción de la seguridad vial, la prevención de accidentes y la mejora en la atención a las víctimas.

Los objetivos específicos son 1. Fortalecer y modernizar el marco jurídico y regulatorio, 2. Fortalecer e integrar las acciones de promoción de la seguridad vial y la prevención de accidentes, 3. Mejorar la oportunidad y calidad en la atención a las víctimas.

Las lineas de acción son diversas y pretenden:

a) Impulsar la promulgación de leyes y reglamentos federales y estatales, en materia de tránsito, transporte y vialidad.
b) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de alcoholímetros.
c) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de radares de velocidad.
d) Promover en las legislaciones estatales de tránsito la obligatoriedad del seguro de daños contra terceros.
e) Elaborar la reglamentación para la realización de exámenes psicofísicos para la emisión de licencias y permisos de conducir.
f) Evaluar la estructura, procesos y resultados de los Centros reguladores para la Atención Prehospitalaria de Urgencias Médicas en las entidades federativas.
g) Verificar y certificar las unidades móviles de urgencias y cuidados intensivos en sus tres modalidades.
h) Publicar documentos de capacitación, investigación científica y técnica en materia de seguridad vial.
i) Impulsar la creación de Observatorios Estatales de Seguridad Vial.
j) Documentar el análisis espacial de la ocurrencia de accidentes de tráfico mediante publicaciones cartográficas.
k) Reactivar las actividades del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes.
l) Impulsar la creación de una Comisión Inersectorial de Seguridad Vial por entidad federativa.
m) Incluir a organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en las actividades del CENAPRA y del PROSEV.
n) Incrementar el intercambio de formación y el número de proyectos conjuntamente con organismos internacionales, organizaciones e instituciones nacionales y extranjeras.
o) Incorporar contenidos de seguridad vial en el sistema educativo formal.
p) Impulsar la acción comunitaria para el desarrollo de entornos saludables.
q) Formar entrenadores en prevención de accidentes.
r) Realizar campañas de comunicación social en materia de seguridad vial para incrementar el uso de sistemas de seguridad y mejorar la conducta vial.
s) Promover la instalación de un Centro Regulador de Urgencias Médicas por entidad federativa.
t) Regionalizar los servicios de urgencias por el nivel de atención.
u) Promover el número telefónico único para la atención de urgencias médicas.
v) Profesionalizar a los Técnicos de Urgencias Médicas.
w) Impulsar la utilización de guías de práctica y protocolos de atención médica.
x) Incorporar programas de calidad en la formación académica de profesionales, técnicos y ciudadanos.

2011 29 Jul

En gran parte de América Latina y el Caribe, las lesiones por accidentes de tránsito son consideradas por lo general, como un problema que únicamente concierne a los organismos del transporte y de vialidad, y no a los organismos de salud pública.

Obligaciones de las autoridades

Lo cierto es que las autoridades sanitarias de cada país, deben proteger y promover la salud de sus habitantes, coordinando todas las acciones encaminadas a procurar la Seguridad Vial. Ya sea mediante actividades específicas como campañas o programas, o atendiendo las emergencias que surjan por dichos accidentes, la autoridad debe tomar acción.

Realizar investigaciones periódicas a través de los organismos de salud y de seguridad, le permitirá a los Gobiernos, conocer los índices de mortalidad que generan los accidentes de tránsito, y desde luego, esto ayudará a implementar las políticas públicas más exactas para reducir la mortalidad, morbilidad y discapacidad, generadas por estos siniestros. Con ello podrán reducir los factores de riesgo, promover la seguridad vial, brindar una mejor atención a las víctimas y desde luego, crear normas y requisitos más estrictos tanto para los conductores como para las escuelas de manejo.

Estadísticas

En México, fue realizado un estudio exhaustivo al respecto, arrojando los siguientes datos. Las tasas más altas de peatón lesionado en accidente de transporte se fueron en los estados de Guanajuato, Tabasco, San Luis Potosí, Tamaulipas, Querétaro, Chihuahua y Jalisco.

Por otro lado, el estado de Sinaloa, tiene una tasa de defunción de ocupante de vehículo de transporte pesado lesionado en accidente de transorte, demasiado alta. Los estados de Colima y Yucatán tienen una mayor tasa de motociclista lesionado en accidente de trasnporte, y los estados con tasas más altas de ocupante de automóvil lesionado en accidentes de transporte son Baja California Sur y Zacatecas.

A pesar de estos índices, las autoridades aún desconocen los motivos de estas tasas tan altas, no se sabe si es por que existe un mayor número de conductores que aprenden a manejar sin ningún tipo de enseñanza profesional, o si es mayor el número de conductores que se deciden por un curso express de manejo. Lo cierto es que los índices son elevados, y requieren una especial atención por parte de la población y de la autoridad.

2011 28 Jul

Uno de los más grandes desafíos para cualquier persona es atender los llamados de urgencia. Una evaluación inmediata del paciente es primordial para determinar su estado y aplicar las medidas de reanimación o cualquier otra que sea necesaria para facilitar su supervivencia. Las tres prioridades en un accidente con víctimas es evaluar la escena, posteriormente vendrán las evaluación primaria y secundaria.

Cómo realizar la evaluación de la escena

En la evaluación de la escena quien auxilia deberá asegurarse de que no existen peligros para su persona en caso de brindar cualquier tipo de ayuda, la idea es no convertirse en una victima más. Evalúe el número de vehículos involucrados y vea qué fue lo que pasó, revise la condición de las personas que estén involucradas en el accidente y verifique cuántas están lesionadas.

La evaluación primaria consiste en saber si la víctima se encuentra inconsciente y si tiene dificultades para respirar:

1. Revise que las vías aéreas se encuentren limpias y sin obstrucción, así también el cuello, incline la cabeza de la víctima o eleve su mentón para permitirle respirar y si se sospecha de lesión en la columna al nivel del cuello.
2. Verifique que la víctima tenga buena respiración, para niños de pocos meses es de 30 a 40 respiraciones por minuto, para niños de hasta 6 años, de 25 a 30 respiraciones por minuto, y en adultos de 16 a 20, puede palpar el pulso en la vena temporal (sien), en el cuello (carótida), en la parte interna del brazo (braquial o humeral), en la muñeca (radial y cubital) y en la ingle (femoral).
3. Vea si hay hemorragias y contrólelas, no aplique torniquetes, simplemente presione directamente el sitio donde se encuentra el sangrado.
4. De ser posible revise el estado neurológico de la persona, es decir si responde a estímulos del medio, si responde a estímulos verbales, si responde solamente a estímulos dolorosos o si se encuentra incosciente o en estado de coma, es decir, que no responde a ningún estímulo.
5. Proteja a la víctima del medio ambiente.

La evaluación secundaria debe ser únicamente llevada a cabo si se ha aplicado la evaluación primaria, y esta consiste en una exploración más detallada del paciente, es decir, revisar sus signos vitales como respiración, pulso, temperatura, color de piel y presión arterial. Deberá revisar cuidadosamente distintas regiones del cuerpo como cabeza, cuello, tórax, abdomen, extremidades y estado neurológico, use sus manos y su oído.

2011 26 Jul

Hay ciertas precauciones que tanto peatones como conductores deben tener en cuenta al momento de emprender un viaje por las calzadas de un sitio para evitar así cualquier tipo de inconveniente o accidentes de baja o alta gravedad.

Zona de incertidumbre

Todos aquellos peatones o vehículos que circulan por las vías públicas están rodeados de un espacio o zona hacia donde tienen la posibilidad de  desplazarse de un modo imprevisto; esto es lo que se denomina “zona de incertidumbre”. Para esclarecer algo más el tema, veamos un ejemplo: En el momento en que un peatón se encuentra cruzando la acera, se encuentra rodeado, por delante y por detrás, de una zona de incertidumbre para el conductor de un vehículo que se acerca ya que el peatón en cuestión puede tener de un momento al otro, una reacción imprevista tanto hacia adelante como hacia atrás a la que debemos estar preparados para prevenir cualquier tipo de accidente.

También los vehículos poseen una “zona de incertidumbre” especialmente a escasa velocidad, ya que el conductor puede frenar abruptamente, de forma lateral o hacia adelante así como también cambiar de dirección sorpresivamente o ser víctima de la apertura inesperada de una puerta.

Zona de riesgo

En la parte anterior de los vehículos existe una zona que se considera altamente peligrosa denominada “zona de riesgo”: el sitio corresponde al espacio necesario para detener un vehículo a velocidad. La zona de riesgo aumenta al acelerar el rodado y disminuye al momento de descender la velocidad.

El acto de superponer la zona de riesgo de nuestro vehículo con la zona de incertidumbre del vehículo precedente o procedente resulta sumamente peligroso. Exactamente lo mismo se puede decir de aquellas maniobras de adelantamiento en las que las zonas de riesgo de ambos vehículos involucrados generan la aproximación peligrosa de las mismas. De ahí surge la alta necesidad de mantener siempre las “distancias de seguridad” cuando circulamos detrás de otros vehículos.

Es importante para nuestra seguridad y la de los demás, respetar y guardar las normas de tránsito para evitar así cualquier tipo de accidente.