Novedad!!! SIMULADOR DE CONDUCCION LOW COST- ESCUELAS DE MANEJO

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Si bien Latinoamérica es un continente que se destaca por sus climas tropicales y el buen tiempo en general, no debemos olvidar aquellas zonas (en particular las que se ubican al sur) en las que las bajas temperaturas son habituales y que,  como síntoma inequívoco de este frío tienen, también, épocas de nevadas.

En la entrega de hoy brindaremos algunos consejos para conducir de manera tranquila y segura por caminos en los que las inclemencias del tiempo (lluvias torrenciales, hielo o vientos intensos) pueden jugarnos una mala pasada.

Los preparativos

Es fundamental que en época invernal tengamos a punto el estado general de nuestro automóvil y para ello, nada mejor que someterlo a estrictos controles mecánicos. Las partes más sensibles durante estas épocas son los niveles de líquido anticongelante y el sistema de refrigeración.

Tampoco debemos olvidar el transitar con los neumáticos adecuados para estas superficies que generalmente suelen presentarse resbaladizas e irregulares. Es importante consultar con nuestro mecánico de confianza cuáles son los mejores y más adecuados para cada necesidad.

Conducir durante un temporal

Básicamente, al momento de encontrarnos con alguna inclemencia climática en ruta, es vital no dar frenazos bruscos. Todas las maniobras que realicemos deben ser suaves y calculadas  y no debemos olvidar en estos casos, mantener y hasta aumentar la distancia de seguridad con los vehículos que nos circundan.

Circularemos en todo momento con marchas largas y constantes reduciendo la velocidad cuando sea necesario de forma suave con el pedal del freno.

Si llegamos a encontrarnos sobre superficies heladas y perdemos el control del vehículo debemos recordar no frenar en ningún momento ya que complicaremos por demás la situación. Se recomienda en estos casos reducir la velocidad con el freno a motor e intentar retomar el control de vehículo con la dirección; intente en todo caso no perder la calma ya que si se altera únicamente logrará pisar el freno y mover el volante descontroladamente.

No olvide tampoco llenar las carga de combustibles y la batería al máximo.

 

Cuando ocurre un accidente en la vía pública cabe analizar cuáles fueron los desencadenantes que lo provocaron y en función de eso, se deben determinar las causas del mismo.

El no acaecimiento de un siniestro viene determinado por la combinación armónica de tres factores que se interrelacionan: la vía o entorno, el ser humano y por último, el vehículo (o los vehículos) que participan. Un desequilibrio en la interacción entre ellos puede derivar en un problema y cada uno puede tener diferentes grados de responsabilidad en el mismo.

Con respecto al entorno

Se lo llama técnicamente vía o medio. En este caso, es el factor humano el que debe adaptarse al mismo para la correcta circulación. En muy pocas ocasiones es la causa principal del siniestro ya que por lo general es un elemento pasivo que no interviene demasiado en los sucesos; sin embargo, es habitual que aporte determinados factores intervinientes en los desplazamientos y detenciones de los vehículos. El buen estado general de este elemento y la correcta señalización prevendrán problemas posibles.

Con respecto al factor humano

Este factor es el responsable de más de la mitad de los accidentes de tránsito ya sea por negligencias, violación de las reglas y demás. Los motivos que involucran a los seres humanos como principales responsables de estos inconvenientes se dividen en dos ramas:

a) Somáticas: relacionadas a problemas posibles del conductor dentro de su organismo ya sean visuales, acústicos o fallos motores. Están incluidas las enfermedades en general.

b) Psíquicas: se relacionan directamente con los síntomas provocados por inconvenientes mentales. Depresión, manías y fobias, entre muchas otras, se encuentran  dentro de este grupo.

Con respecto al vehículo

En algunos casos, las fallas de un vehículo pueden desencadenar un accidente vial. Los más habituales son entre otros, reventón de un neumático, fallos del sistema de frenado y problemas de dirección entre otros.

 

La mayoría de los conductores hemos sufrido alguna vez el pinchazo de una llanta. Pero, obviamente,  siempre existen acciones a realizar de forma segura en el momento de un imprevisto.

Detección

No siempre es fácil darse cuenta de que se ha pinchado un neumático, pero debemos diferenciar ciertos aspectos comunes. En primer lugar, se reducirá notoriamente la estabilidad del vehículo en función de la pérdida progresiva de aire y presión. Lo notaremos también, a través de factores como vibraciones anormales del volante, bajadas notorias de la altura y otros.

Acciones a realizar

Al momento de que reviente una llanta es aconsejable, en primer lugar, sujetar firmemente el volante y tratar al mismo tiempo de reducir la velocidad del vehículo hasta que podamos detenerlo completamente, ya sea a la vera del camino o en un lugar seguro.

Una vez detenido en un lugar lo más alejado de la vía como sea posible, seguro y visible para los demás conductores; nosotros debemos calzarnos el chaleco reflectante y procederemos al cambio de la rueda. No olvide señalizar previamente la zona de trabajo colocando los triángulos de emergencia. De esta forma evitaremos situaciones peligrosas en la calle.

Si no sabemos cambiar el neumático existe la posibilidad de acudir a la asistencia en carretera de nuestro seguro: de esta forma una grúa acudirá a dónde nos encontremos y bien, reparará el vehículo o nos remolcará hasta donde sea necesario.

De todas formas, si no cuenta con un seguro a tales fines, existe la posibilidad de adquirir un kit de reparación de emergencia que lo puede ayudar a salir del paso. Este útil kit cuenta con un spray o gel sellador que se aplica sobre la cubierta, filtrándose en el neumático y tapando el orificio correspondiente. Además incluye un pequeño dispositivo de compresión para inflar la llanta desinflada.

Este método destaca por su eficacia y comodidad pero es bueno recordar que únicamente sirve para distancias cortas y en  circunstancias determinadas.

 

 

 

En la presente entrega seguiremos profundizando en claves y cuidados a la hora de realizar una maniobra de adelantamiento, con respecto a un vehículo precedente.

Más precauciones

Al momento de realizar efectivamente la maniobra deberemos tener en cuenta que los vehículos circundantes la facilitarán; no aumentándola innecesariamente, o disminuyéndola en caso de que la situación presente algún tipo de riesgo; o, en su defecto, realizando un debido desplazamiento lateral en el que se ocupe para ello la calzada.

Para realizar un adelantamiento libre de riesgos es bueno siempre cumplir con las siguientes normas:

a)      Debe efectuarse por la izquierda del vehículo que quiere rebasarse.

b)      Sólo podrá adelantarse por el lado derecho con las máximas precauciones posibles en los siguientes casos:

1)      En el supuesto caso de que el vehículo al que queremos pasar nos indique que quiere cambiar su dirección hacia el lado izquierdo o desea parar a ese lado de la calzada.

2)      Cuando quiere sobrepasarse trenes que circulan por la calzada central, siempre que estemos en una vía con ambos sentidos de circulación habilitados.

Las causas de los accidentes

Dentro de las maniobras de conducción, los adelantamientos son una de las mayores causas de  accidentes de tránsito y suelen ser muy peligrosos si no se efectúan de manera correcta.

Es particularmente peligrosa porque incrementa las posibilidades de sufrir un choque frontal si se intenta en una vía de dos carriles. Esto se debe a que para efectuar el adelantamiento debemos invadir el carril de los vehículos que se desplazan en sentido contrario al nuestro. De todos los accidentes, los frontales son los más peligrosos.

Las razones por las que puede darse un accidente son muchas: el conductor calcula mal la distancia del vehículo delantero o la rodado proveniente del carril contrario, intenta rebasar en curvas, puentes o simplemente,  por el lado incorrecto. Es importante recordar que las condiciones climáticas son también factores a tener en cuenta.

Más precauciones

Al momento de realizar efectivamente la maniobra deberemos tener en cuenta que los vehículos circundantes la facilitarán; no aumentándola innecesariamente, o disminuyéndola en caso de que la situación presente algún tipo de riesgo; o, en su defecto, realizando un debido desplazamiento lateral en el que se ocupe para ello la calzada.

Para realizar un adelantamiento libre de riesgos es bueno siempre cumplir con las siguientes normas:

a)      Debe efectuarse por la izquierda del vehículo que quiere rebasarse.

b)      Sólo podrá adelantarse por el lado derecho con las máximas precauciones posibles en los siguientes casos:

1)      En el supuesto caso de que el vehículo al que queremos pasar nos indique que quiere cambiar su dirección hacia el lado izquierdo o desea parar a ese lado de la calzada.

2)      Cuando quiere sobrepasarse trenes que circulan por la calzada central, siempre que estemos en una vía con ambos sentidos de circulación habilitados.

Las causas de los accidentes

Dentro de las maniobras de conducción, los adelantamientos son una de las mayores causas de  accidentes de tránsito y suelen ser muy peligrosos si no se efectúan de manera correcta.

Es particularmente peligrosa porque incrementa las posibilidades de sufrir un choque frontal si se intenta en una vía de dos carriles. Esto se debe a que para efectuar el adelantamiento debemos invadir el carril de los vehículos que se desplazan en sentido contrario al nuestro. De todos los accidentes, los frontales son los más peligrosos.

Las razones por las que puede darse un accidente son muchas: el conductor calcula mal la distancia del vehículo delantero o la rodado proveniente del carril contrario, intenta rebasar en curvas, puentes o simplemente,  por el lado incorrecto. Es importante recordar que las condiciones climáticas son también factores a tener en cuenta.

 

Como ya hemos indicado en la entrega anterior, si la instalación y operación de los semáforos es la correcta, estos podrán aportar diversas ventajas. Un semáforo o un conjunto de ellos funcionando perfectamente nos otorgará los siguientes beneficios:

Ventajas

1)      Ordena la circulación del tránsito vehicular y peatonal y mediante una asignación apropiada, indica el derecho al uso de la intersección.

2)      Reduce la frecuencia de ciertos accidentes de tránsito perfectamente evitables si conductores y peatones cumplen las señales establecidas.

3)      Permiten la interrupción periódica de los volúmenes de tránsito intensivos de una arteria en particular, concediendo el paso ordenado de los vehículos.

4)      Con espaciamientos favorables es posible sincronizarlos para mantener una circulación constante, fluida y ordenada.

Desventajas

Sin embargo, un cálculo o instalación incorrecta de este importante señalizador, traerá aparejados una seguidilla de inconvenientes que es mejor tratar de evitar.

1)      Causan demoras injustificadas e innecesarias a cierto número de usuarios, especialmente en horas determinadas y en arterias de escaso volumen vehicular.

2)      Aumentan la frecuencia o gravedad de ciertos accidentes cuando su conservación y mantenimiento son deficientes.

3)      Asimismo, producen reacciones desfavorables en los usuarios.

Coordinación

Ahora centrémonos en los sistemas de coordinación de los semáforos a los que hicimos alusión en la entrega anterior.

Estos sistemas pueden, o no, estar sujetos a un control maestro. Por regla general, los semáforos de tiempo fijo (ya hemos explicado que son los más populares y se fijan asiduamente en un radio de 400 metros) que regulan las mismas condiciones de tráfico deben funcionar coordinadamente. Existen para este propósito, 4 sistemas básicos de coordinación:

1)      Sistema simultáneo: todos los señalizadores muestran la misma indicación aproximadamente  al mismo tiempo. Son especialmente útiles para aquellas intersecciones cercanas entre sí.

2)      Sistema alternado: los semáforos de intersecciones cercanas muestran indicaciones alternadas a lo largo de una ruta determinada.

3)      Sistema progresivo simple: se trata de varios semáforos sucesivos, a lo largo una calzada, que dan la indicación de luz verde permitiendo la llamada “onda verde”.

4)      Sistema progresivo flexible: con base en la variación de los volúmenes de tránsito y la selección velocidad adecuada para cada caso, es posible un movimiento continuo a lo largo una arteria.

 

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