Decir que el teléfono es un factor de distracción mientras se maneja, ya no es un secreto para nadie, mucho menos un tema nuevo. Sin embargo, un 70% de los conductores afirma contestar el teléfono, incluso enviar mensajes de texto, mientras maneja.

Si se conduce a 120 km/h y se desvía la mirada por 5 segundos para contestar el teléfono, el vehículo avanza unos 150 metros a la deriva. Este pequeño análisis supone que mientras se contesta un mensaje, o se busca el teléfono para atender una llamada, no se tiene dominio del volante y, consecuentemente, de las acciones que el vehículo pueda tomar en la carretera.

Ahora bien, existen actualmente dos casos particulares que serán explicados en este artículo: el primero tiene que ver con los smartphone o teléfonos de última generación, y el segundo guarda semejanza con el uso del manos libres.

Dominio de los teléfonos inteligentes

En la nueva década, muchos teléfonos tienen software avanzado, con aplicaciones útiles para el día a día, y muy especialmente, son táctiles o con teclado qwerty. Esto se traduce en que para contestar o enviar un mensaje de texto o revisar alguna información, es necesario, casi obligatorio, utilizar ambas manos, por lo que es imposible mantener el control del volante mientras se está conduciendo. Sin embargo, muchas personas hacen esto sin percatar el riesgo al que se someten.

Manos libres al conducir

Cuantiosos modelos nuevos de vehículos permiten contestar llamadas con un micrófono y audífonos integrados, y, aparte, una gran cantidad de conductores utiliza los manos libres de su celular para atender llamadas. Ambos sistemas permiten contestar mientras se conduce, pero, ¿qué sucede?

Diversos estudios científicos constatan que el cerebro humano, cuando conduce y conversa por teléfono a la vez, no es capaz de dominar a plenitud ambas actividades. Y, siendo más específicos, la que más se domina es platicar por teléfono, quedando la acción de manejar en segundo plano, incluso descuidada y sin control alguno.

Por eso se aconseja que, cuando su teléfono suene o vibre, estacione el coche, y conteste con calma.

El exceso de velocidad a la vanguardia de las infracciones de tránsito con un 42%, fueron la resultante de un estudio inicial de este 2013 llevado a cabo durante el verano, el Ministerio del Interior y Transporte fue el responsable de llevar a cabo dichos controles con las fuerzas de seguridad habituales destacadas a tal fin.

Otro de los números importantes es el 19,58 % de las multas que se aplicaron camioneros que no respetaron los horarios y días de circulación por las rutas habituales del turismo estival, es decir por ejemplo la ruta 2 y rutas que llevan a  centros turísticos como Mar del Plata, Necochea, Pinamar o Córdoba.

Como citábamos al principio el exceso de velocidad es la mayor causa de penalizaciones en los controles de verano que ordenó el Ministerio del Interior y Transporte, con el 42% de las 6117 infracciones labradas, según informó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

Los puestos de control destacados en las rutas de oda la Argentina fueron en total 105, con 1924 operativos que consiguieron inspeccionar a 122.198 vehículos y sus respectivos conductores. En estos ejercicios las fuerzas de seguridad realizaron test de alcoholemia, uso del cinturón de seguridad, cascos de los motociclistas, respeto de la velocidad, no utilización del celular, circulación luces bajas encendidas y por supuesto la documentación obligatoria del vehículo y sus controles de normal funcionamiento mediante la Verificación Técnica Vehicular (VTV).

Infracciones: 352 por alcoholemia, 231 por no usar cinturón de seguridad, 87 falta de casco, 2.584 por sobrepasar el límite de velocidad, 92 por no utilizar las luces bajas encendidas y 1.198 por no cumplir la restricción de camiones. A esto hay que sumarle 512 infracciones por falta de documentación del vehículo, 272 por no poseer el seguro obligatorio, 232 por no tener la Verificación Técnica Obligatoria, 313 por no contar con los elementos de seguridad obligatorios, 1 por no respetar el semáforo y 243 por otros motivos varios.

Se retuvieron 424 licencias de conducir y se secuestraron 264 vehículos.

Conocidas las escalofriantes cifras de muertos diarios, las acciones que llevan a cabo las asociaciones civiles y el accionar del gobierno es interesante conocer algunas de las causas.

En cuanto a accidentes cotidianos y en su mayoría sin graves consecuencias, en las ciudades es muy común la desaprensión del conductor al manejar a velocidades equívocas en carriles determinados; por ejemplo la legislación local (tal cual ocurre en varios países), el carril izquierdo es el ligero y el derecho el más lento, siempre respetando en ambos casos velocidades máximas y mínimas. En Argentina sucede que manejar por el carril izquierdo a baja costumbre es una acción que se reitera y esto ocasiona trastorno en el tránsito que muchas veces por esquivar estos vehículos termina en colisión. La falta de señalar los giros también es una constante, pocos vehículos indican con las luces correspondientes la acción que en la próxima bocacalle girará, lo que también encontrarse repentinamente con esta acción ocasiona algunas colisiones.

Otras causas relacionadas con el conductor son la falta de respeto por las velocidades máximas, pensando que las calles son un circuito de competencias recorren velozmente distintas arterias, zigzagueando erráticamente y terminando todo mal. En las rutas este problema se acrecienta ya que los vehículos actuales tienen velocidades muy por encima del máximo permitido, pero lo que no tienen es reacción ante un descuido de la pérdida de control del vehículo y generalmente estos “accidentes” terminan con víctimas fatales.

Conductores alcoholizados son otros de los responsables de grandes accidentes automovilísticos, pese a la legislación vigente de un máximo permitido de 0,5 grados de alcohol en sangre, en varios accidentes se han detectado más de 2 y 3 grados en los conductores. Los choferes de transportes públicos deben manejar con 0 grado y en la ciudad autónoma de Buenos Aires algunas empresas utilizan un sistema de encendido previo test de alcoholemia, si tuviera más de 0, el vehículo no arranca y se da aviso a quien corresponde para accionar en tal caso.

En Bogotá y durante este mes han aumentado los sobornos a la policía especializada en tráfico, durante el año 2012 la cantidad de policías sobornados aumentó en casi veinte casos, viéndose incrementada año tras año. Este año ya se han registrado un par de casos, sobre todo en periodos del fin de semana, en los que los afectados sobornaron a los policías con hasta cien mil pesos para que hicieran la vista gorda y se olvidaran del caso, dándoles propina de veint mil pesos, hecho que los profesionales no aceptaron. Tras haber sido testigos de la hazaña, los policías denunciaron al conductor por haber cometido un delito de cohecho.

Ahora el Gobierno pretende crear nuevas leyes que obliguen a causar menos jaleo, abriendo casos legales en los que los responsables del soborno se enfrenten a penas en la cárcel de hasta cinco o diez años, con multas que ascienden a una cantidad de los 40 y 80 millones de pesos.

Las causas de soborno pueden ser millares aunque se están registrando cada vez pequeñeces de accidentes los cuales tienen que ver con un aumento de la velocidad considerable o incluso choques contra otros vehículos en autopistas y carreteras.

Si los policías aceptan todo tipo de sobornos, ellos también se verán en un aprieto ya que los funcionarios perderán su trabajo, viéndose en periodos de inhabilitación por décadas. Las zonas en la que más se hallan este tipo de sobornos a policías y responsables de tráfico son: Antioquía, Cauca, Valle y Quindío. Seguidamente, el Gobierno ya se ha puesto a trabajar para disminuir todo tipo de acciones en la que hayan participado tanto conductores irresponsables como los propios funcionarios, evitando este tipo de sucesos pensando en crear campañas de formación y educativas, para que los profesionales sepan actuar en cada momento y como reaccionar.

En Colombia ya se saben todas las estadísticas acerca de los accidentes ocurridos, gracias a los despistes de conducción que ocurrieron debido al mal uso de las herramientas de ocio como los teléfonos móviles. Según la Policía, en el año 2012, más de 53 mil partes de accidentes leves a graves fueron debidos al mal uso de esta herramienta comunicativa mientras se iba conduciendo.

Y esto está pasando a nivel mundial, aunque hablando de Colombia, ya hay cifras concretas: 5693 fallecimientos debido a los despistes, provocando alrededor de 165 casos más que en el año 2011. Un dato aterrador si tenemos en cuenta que la mayoría de la población ya debería tener acceso a los manuales de conducción eficiente que se pueden ver por todas las academias y autoescuelas especializadas en estos temarios y educación instructiva.

Además de conducir mientras se habla con el móvil, ha habido otros motivos de malos hábitos que han provocado los accidentes como, el exceso de velocidad, el ir con más de una copa causando una merma de las propiedades sensoriales y otras muchas otras causas como olvidarse del cinturón de seguridad.

El uso del teléfono móvil está provocando que muchos conductores jóvenes de entre 20 y 40 años tengan más probabilidades de sufrir un accidente, siendo una ventaja para aquellos que deseen utilizar aplicaciones destinadas a servicios de orientación, similares al GPS, pero siempre con la debida responsabilidad de uso, parándose para consultar la información, cosa que no hacen por desconocimiento de lo que pueda ocurrir o quizás confianza.

Como datos concretos, nos encontramos con que mantener una conversación de chat, escribir unas líneas cortas o leer los mensajes de texto mientras se conduce, aumenta casi por 20 veces el hecho de que se pueda sufrir un accidente irreversible de por vida. El servicio de “manos libres” aunque no se ha considerado tan peligroso, sí que se ha posicionado como una de las costumbres que más distraen al volante, creando una rutina no del todo cómoda para el conductor o la conductora.