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El objetivo general es reducir el número de muertes causadas por accidentes de tráfico de vehículo de motor en la República Mexicana, particularmente en la población de entre 15 a 29 años de edad, mediante la promoción de la seguridad vial, la prevención de accidentes y la mejora en la atención a las víctimas.

Los objetivos específicos son 1. Fortalecer y modernizar el marco jurídico y regulatorio, 2. Fortalecer e integrar las acciones de promoción de la seguridad vial y la prevención de accidentes, 3. Mejorar la oportunidad y calidad en la atención a las víctimas.

Las lineas de acción son diversas y pretenden:

a) Impulsar la promulgación de leyes y reglamentos federales y estatales, en materia de tránsito, transporte y vialidad.
b) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de alcoholímetros.
c) Participar en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana para el uso de radares de velocidad.
d) Promover en las legislaciones estatales de tránsito la obligatoriedad del seguro de daños contra terceros.
e) Elaborar la reglamentación para la realización de exámenes psicofísicos para la emisión de licencias y permisos de conducir.
f) Evaluar la estructura, procesos y resultados de los Centros reguladores para la Atención Prehospitalaria de Urgencias Médicas en las entidades federativas.
g) Verificar y certificar las unidades móviles de urgencias y cuidados intensivos en sus tres modalidades.
h) Publicar documentos de capacitación, investigación científica y técnica en materia de seguridad vial.
i) Impulsar la creación de Observatorios Estatales de Seguridad Vial.
j) Documentar el análisis espacial de la ocurrencia de accidentes de tráfico mediante publicaciones cartográficas.
k) Reactivar las actividades del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes.
l) Impulsar la creación de una Comisión Inersectorial de Seguridad Vial por entidad federativa.
m) Incluir a organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en las actividades del CENAPRA y del PROSEV.
n) Incrementar el intercambio de formación y el número de proyectos conjuntamente con organismos internacionales, organizaciones e instituciones nacionales y extranjeras.
o) Incorporar contenidos de seguridad vial en el sistema educativo formal.
p) Impulsar la acción comunitaria para el desarrollo de entornos saludables.
q) Formar entrenadores en prevención de accidentes.
r) Realizar campañas de comunicación social en materia de seguridad vial para incrementar el uso de sistemas de seguridad y mejorar la conducta vial.
s) Promover la instalación de un Centro Regulador de Urgencias Médicas por entidad federativa.
t) Regionalizar los servicios de urgencias por el nivel de atención.
u) Promover el número telefónico único para la atención de urgencias médicas.
v) Profesionalizar a los Técnicos de Urgencias Médicas.
w) Impulsar la utilización de guías de práctica y protocolos de atención médica.
x) Incorporar programas de calidad en la formación académica de profesionales, técnicos y ciudadanos.

Uno de los más grandes desafíos para cualquier persona es atender los llamados de urgencia. Una evaluación inmediata del paciente es primordial para determinar su estado y aplicar las medidas de reanimación o cualquier otra que sea necesaria para facilitar su supervivencia. Las tres prioridades en un accidente con víctimas es evaluar la escena, posteriormente vendrán las evaluación primaria y secundaria.

Cómo realizar la evaluación de la escena

En la evaluación de la escena quien auxilia deberá asegurarse de que no existen peligros para su persona en caso de brindar cualquier tipo de ayuda, la idea es no convertirse en una victima más. Evalúe el número de vehículos involucrados y vea qué fue lo que pasó, revise la condición de las personas que estén involucradas en el accidente y verifique cuántas están lesionadas.

La evaluación primaria consiste en saber si la víctima se encuentra inconsciente y si tiene dificultades para respirar:

1. Revise que las vías aéreas se encuentren limpias y sin obstrucción, así también el cuello, incline la cabeza de la víctima o eleve su mentón para permitirle respirar y si se sospecha de lesión en la columna al nivel del cuello.
2. Verifique que la víctima tenga buena respiración, para niños de pocos meses es de 30 a 40 respiraciones por minuto, para niños de hasta 6 años, de 25 a 30 respiraciones por minuto, y en adultos de 16 a 20, puede palpar el pulso en la vena temporal (sien), en el cuello (carótida), en la parte interna del brazo (braquial o humeral), en la muñeca (radial y cubital) y en la ingle (femoral).
3. Vea si hay hemorragias y contrólelas, no aplique torniquetes, simplemente presione directamente el sitio donde se encuentra el sangrado.
4. De ser posible revise el estado neurológico de la persona, es decir si responde a estímulos del medio, si responde a estímulos verbales, si responde solamente a estímulos dolorosos o si se encuentra incosciente o en estado de coma, es decir, que no responde a ningún estímulo.
5. Proteja a la víctima del medio ambiente.

La evaluación secundaria debe ser únicamente llevada a cabo si se ha aplicado la evaluación primaria, y esta consiste en una exploración más detallada del paciente, es decir, revisar sus signos vitales como respiración, pulso, temperatura, color de piel y presión arterial. Deberá revisar cuidadosamente distintas regiones del cuerpo como cabeza, cuello, tórax, abdomen, extremidades y estado neurológico, use sus manos y su oído.

En caso de un siniestro, es importante tomar extremas precauciones con respecto a los cuidados iniciales que se deben brindar a una víctima en situación de emergencia o con riesgo de pérdida de la vida o sufrimiento. Los cuidados mínimos previos al arribo de la ambulancia pueden ser en algunos casos, esenciales para que la víctima permanezca con vida.

Pasos a seguir

El Centro Mexicano para la Prevención de Accidentes sugiere en primer lugar la evaluación de la escena, esto significa que el área debe ser asegurada y se deberá conocer exactamente la naturaleza de la situación, obviamente esto puede implementarse inmediatamente después de que haya llamado al servicio de emergencias local.

Los datos importantes que deberá indicar al momento de llamar al número de emergencias es 1) Identifíquese, 2) Indique el tipo de emergencia de la que se trata, 3) Indique la localización exacta del accidente, 4) Si es necesario, solicite los servicios de urgencia que sean requeridos, médicos, de bomberos, protección civil, etc., 5) dar a conocer el incidente y sus características, como el lugar donde ocurrió, nombre de calles o intersecciones y los motivos, 6) brindar en la medida de lo posible el número exacto, o en su defecto, aproximado de las personas lesionadas, 7) si cuenta con el conocimiento, precise las lesiones, los antecedentes y tratamiendo de los afectados, 8) siga las instrucciones del operador, 9) sea el último en colgar.

No se acerque a un escenario de riesgo, y mucho menos si no se encuentra entrenado para ello, pues lo único que podría lograr es convertirse en otra víctima. Si la escena es insegura, mantenga su distancia y espere a que llegue el personal capacitado. Algunas amenazas para la seguridad son: fuego, cables con corriente eléctrica, explosivos, materiales peligrosos, inundación, temperaturas extremas, tránsito vehicular, armas, etc.

Otras indicaciones

Otras precauciones que deben tomarse en cuenta al momento de socorrer a alguien que haya sufriendo algún accidente de tránsito, son las enfermedades contagiosas. No entre en contacto con la sangre, saliva, vómito, heces y orina de la víctima. En caso de que el siniestro tenga que ver con algún transporte fallido de materiales peligrosos y usted no cuente con la preparación específica para manejar situaciones de riesgo, procure mantenerse alejado, siempre en favor del viento, llame a cualquier teléfono de emergencias y pida a quienes se encuentren cerca, que se alejen de inmediato de la zona de riesgo.

Hay ciertas precauciones que tanto peatones como conductores deben tener en cuenta al momento de emprender un viaje por las calzadas de un sitio para evitar así cualquier tipo de inconveniente o accidentes de baja o alta gravedad.

Zona de incertidumbre

Todos aquellos peatones o vehículos que circulan por las vías públicas están rodeados de un espacio o zona hacia donde tienen la posibilidad de  desplazarse de un modo imprevisto; esto es lo que se denomina “zona de incertidumbre”. Para esclarecer algo más el tema, veamos un ejemplo: En el momento en que un peatón se encuentra cruzando la acera, se encuentra rodeado, por delante y por detrás, de una zona de incertidumbre para el conductor de un vehículo que se acerca ya que el peatón en cuestión puede tener de un momento al otro, una reacción imprevista tanto hacia adelante como hacia atrás a la que debemos estar preparados para prevenir cualquier tipo de accidente.

También los vehículos poseen una “zona de incertidumbre” especialmente a escasa velocidad, ya que el conductor puede frenar abruptamente, de forma lateral o hacia adelante así como también cambiar de dirección sorpresivamente o ser víctima de la apertura inesperada de una puerta.

Zona de riesgo

En la parte anterior de los vehículos existe una zona que se considera altamente peligrosa denominada “zona de riesgo”: el sitio corresponde al espacio necesario para detener un vehículo a velocidad. La zona de riesgo aumenta al acelerar el rodado y disminuye al momento de descender la velocidad.

El acto de superponer la zona de riesgo de nuestro vehículo con la zona de incertidumbre del vehículo precedente o procedente resulta sumamente peligroso. Exactamente lo mismo se puede decir de aquellas maniobras de adelantamiento en las que las zonas de riesgo de ambos vehículos involucrados generan la aproximación peligrosa de las mismas. De ahí surge la alta necesidad de mantener siempre las “distancias de seguridad” cuando circulamos detrás de otros vehículos.

Es importante para nuestra seguridad y la de los demás, respetar y guardar las normas de tránsito para evitar así cualquier tipo de accidente.

 

 


Toda población civil tiene la responsabilidad de contar con los conocimientos básicos para ser capaz de reaccionar de manera inmediata a situaciones que pudieran poner en peligro la vida de las demás personas, logrando elevar las posibilidades de sobrevivencia de cualquier víctima de un siniestro.

Respiración de boca a boca

Si la víctima no respira, deberá mantener sus vías aéreas abiertas. Coloque su mano sobre la frente de la persona y cierre las fosas nasales con sus dedos índice y pulgar, con la otra mano mantenga la cabeza inclinada hacia atrás. Ponga su boca sobre la víctima y séllela, si se trata de un niño pequeño de entre 0 y 1 año de edad, no incline su cabeza demasiado, y cubra su nariz y boca simultáneamente, tratando de crear un sello hermético, administre ventilaciones completas y lentas de entre 1 a 2 segundos, para los infantes y niños, de 1 a 1 1/2 segundos.

Tome un buen respiro por cada ventilación para procurar una mayor cantidad posible de oxígeno. Compruebe si está dando ventilación adecuada observando si el pecho se levanta y cae con cada respiración, podrá escuchar el aire escapándose con cada exhalación.

Si lo anterior no es posible, reposicione la cabeza y reabra las vías aéreas de la víctima. Si la victima tiene pulso pero no respira, influya la respiración cada cuatro o cinco segundos. En niños será cada 3 segundos. Procure revisar constantemente si la víctima está respirando, use su oído. Si la víctima ha recobrado la respiración espontáneamente y tiene pulso pero está desmayada, acomódela en una posición de seguridad.

Si la víctima sigue en paro respiratorio, solo pare en caso de que: la víctima respire espontáneamente, que no haya pulso, para lo que tendrá que iniciar la resucitación cardiopulmonar, que reciba ayuda de los técnicos de urgencias médicas, que el rescatador se encuentre agotado físicamente, que la escena se haya vuelto peligrosa para el rescatador.

Reanimación cardiopulmonar:

Además de la ventilación asistida, deberá realizar compresiones torácicas, estas son seriadas y consisten en aplicar compresiones de manera rítmica sobre la mitad del pecho. Ponga a la víctima en posición horizontal sobre una superficie firme y plana, coloque sus dedos sobre el borde de las costillas y deslice los dedos índice y medio hasta donde las costillas se unen con el esternón, en el centro del pecho. ponga la mano sobre el esternón, tras los dedos índice y medio. Entrelace sus dedos a fin de que sus manos queden paralelas, y asegúrese que la presión no se hará ni sobre las costillas ni sobre el estómago, sino sobre el esternón.

Extienda los brazos y realice una presión de entre 4 a 5 centímetros sobre el pecho de la víctima, entre más grande sea esta, más profundas deberán ser las compresiones. Si la víctima se encuentra en paro respiratorio, entonces realice 2 ventilaciones lentas y profundas con una duración mayor a dos segundos, seguidas de 15 compresiones torácicas contínuas. En niños y recién nacidos, realice las compresiones de manera más suave.