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En algunas universidades catalanas pronto será posible tomar cursos para aprender Seguridad Vial y esto le permitirá al alumno obtener créditos de libre elección para sus carreras.

El programa universitario de Conducción Segura y Seguridad Vial impulsado por UPC, la UB y la UAB está siendo apoyado por el Servicio Catalán de Tránsito.

Además algunas compañías aseguradoras van a reconocer específicamente estos cursos y ofrecerán descuentos y condiciones ventajosas para contratar seguros a quienes obtengan estos créditos.

El curso diferencia las opciones de turismo y de moto

La parte teórica está diseñada para seguirla por Internet y la práctica consta de 15 horas presenciales en el circuito que está instalado en Castellolí.

Cualquiera de los estudiantes de las universidades mencionadas podrá acceder a esta formación con el único requisito de posesión del permiso B para conducir con seis meses de antigüedad.

Una iniciativa en el sentido correcto

Esta iniciativa constituye el primer paso para considerar la Educación Vial como una materia más en el entramado de la formación de los ciudadanos.

Cuando hablamos de formación en Educación Vial y vemos programas concretos y acciones en ese sentido, nos damos cuenta del impacto que éstas pueden tener en la sociedad.

Sería deseable que simultáneamente a estas experiencias a nivel terciario de la formación no se retiren o disminuyeran las horas que se dedican a nivel escolar a este tema tan importante, ya que a tempranas edades hay campo muy fértil para sembrar las semillas que produzcan la seguridad vial del futuro.

Es muy importante que a cada nivel donde se pueda hacer, se trabajen junto al alumnado conceptos como transporte privado y público, medios de protección, disposiciones de tránsito, elementos de circulación vial y primeros auxilios en caso de accidentes.

Estos elementos, así como valores y actitudes como la autoestima, el respeto mutuo, la responsabilidad individual y colectiva, el cumplimiento de las normas y la valoración de la integridad, de la salud, de la vida personal y social, van a ir cimentando los cambios que son necesarios para re-educarnos en el sentido correcto y poder enfrentarnos adecuadamente a los problemas del tránsito.

Hoy nos estamos planteado el análisis del rol de las academias de conducir en el trabajo de bajar la siniestralidad en el tráfico.

¿Son las academias un ámbito adecuado para trabajar positivamente este tema?

Desde nuestro punto de vista respondemos que sí, ese perfil es uno de los más importantes de una buena auto escuela.

A la hora de implementar una política de seguridad vial creemos que las academias de conducir deberían constituirse en el primer eslabón de una cadena que apunte a la prevención de los siniestros en el tránsito.

Todo aquel que desea entrar en el ámbito de la vía pública como conductor debe poseer una serie de conocimientos que lo pongan a salvo de cometer errores que lo conviertan en un suicida u homicida y que refuercen valores de responsabilidad personal y social cuando se está al volante de un vehículo.

La importancia del rol educativo

Los tiempos cambian y con ello las características del tránsito y de los planes educativos para conductores.

El parque de automotores se moderniza día a día, la cantidad de personas que deben trasladarse para trabajar, estudiar o simplemente pasear han aumentado en forma considerable y por lo tanto la exigencia de dotar a todos los conductores de mayor dominio del vehículo es absolutamente urgente.

No estamos pensando solamente en los nuevos conductores, sino en la totalidad de personas que se desempeñan en las calles y rutas, profesionalmente y en forma particular.
A estos efectos es que consideramos muy importante que en forma constante los conductores deben tomar clases teórica obligatoria.En ellas se deben contener varios aspectos referidos no solamente a normativas de tránsito, sino también a la prevención de los peligros que el tránsito actual presenta.

Debemos brindarle al conductor las herramientas que necesita para enfrentarse exitosamente a una actividad que cada día es considerada como de alto riesgo.La ignorancia, desidia o negligencia del conductor deberían eliminarse totalmente del sistema de tránsito y las academias para ello juegan un rol fundamental.

Tradicionalmente se pensaba que un conductor debía aprender a dominar su máquina, actualmente lo que debemos trabajar es sobre la actitud de los actores en el tráfico, y eso es puramente educación, ya no caben dudas.

¿Que es lo que se puede hacer?

Lo primero es conocer el interés del postulante para obtener una licencia de conducir.Con ello se podrá planificar adecuadamente el proceso educativo necesario para que logre su objetivo, puede ser por trabajo, como medio de transporte familiar o personal, etc.

Alcanzar este objetivo requerirá de una estrategia de trabajo que cada instituto seguramente tiene implementada, lo fundamental es que incluya la preparación adecuada para que cada aspirante se convierta en un conductor seguro.

La conducción de un vehículo siempre supone un riesgo potencial; no solo por nuestras características o estados particulares como conductores, sino también por las de aquellos otros que circulan en la vía. Es una condición ideal y primordial que cada usuario determine su propio estado (ya sea anímico, físico o mental) y decida bajo su responsabilidad si está en condiciones óptimas para hacerse cargo del vehículo.

Minimizando riesgos de accidentes viales

Son numerosos los factores que inciden en nuestro comportamiento a la hora de conducir. Si bien la práctica es el más importante de todos, no siempre la persona está en las condiciones deseadas para manejar. A continuación enumeraremos algunos consejos para que al emprender un viaje, se reduzcan al mínimo las posibilidades de un siniestro.

Se recomienda que antes de emprender un viaje extenso se descanse apropiadamente: es ideal dormir unas 8 horas en condiciones cómodas y tranquilas. Los especialistas indican, además, que el horario más apropiado para emprender un viaje largo comienza a partir de la salida del sol y no es para nada apropiado iniciarlo en horas de la noche, pues  la salida y la puesta del sol generan cierto efecto de relajación o sopor altamente peligroso.

Se recomienda apartar el vehículo y descansar lo suficiente al momento en que el conductor le da el sueño. En estos casos es muy habitual que quien conduce se sienta somnoliento y acelere para llegar más rápido a destino, pero un instante micro-sueño (pequeños lapsos de inconsciencia que se dan a causa de una gran fatiga, aun con los ojos abiertos) puede causar un accidente en forma casi instantánea.

Algunos consejos más

-No olvide jamás utilizar el cinturón de seguridad, no solo porque está establecido legalmente, sino también porque es vital en caso de siniestro.

-Tampoco conduzca si ingirió bebidas alcohólicas o estupefacientes.

– Los niños siempre deben viajar en el asiento trasero

– Realice un chequeo completo del vehículo antes de viajar para evitar problemas en ruta.

Nunca olvide que nuestra seguridad depende solo de nosotros mismos. Sea un conductor responsable.

Los excesos de velocidad causan el 25 % de los accidentes de tráfico y el 38 % de los accidentes mortales a nivel mundial. Estadísticamente, la mayoría de los conductores en infracción son varones entre 18 y 25 años que conducen motocicletas o ciclomotores y tienen menos de dos años de experiencia detrás del volante.

Por regla general, quien comete esta infracción incumple también con otras como ser el no uso del cinturón de seguridad o el olvido del casco.

Medida preventiva

En las rutas y zonas urbanas los límites de velocidad establecidos corresponden a varios factores: el tráfico, las condiciones climáticas y las características generales de la vía entre otras. Cada país determinará los límites correspondientes a su territorio según condiciones determinadas. Es de vital importancia que cada uno conozca de antemano el límite impuesto por la legislación pertinente para no incurrir en faltas innecesarias.

Por leyes físicas, cuánto más alta es la velocidad del vehículo más grave es la colisión y mayores resultan ser las lesiones de las víctimas. A mayor velocidad, menor es el tiempo con el que cuenta el conductor para frenar y evitar algún posible impacto. Además, las grandes velocidades provocan una disminución del campo visual de quien conduce (se lo conoce popularmente como “efecto túnel”).

Si, además, agregamos condiciones climáticas adversas (lluvia, nueve, heladas, viento intenso) la situación puede resultar más peligrosa aun pues el automóvil no responde de la misma forma que en condiciones habituales.

Radares y detectores

En la actualidad, existen en la mayoría de las carreteras de importancia, sistemas de radares fijos y móviles que se encargan de medir la velocidad de los vehículos circulantes y registrar a aquellos que se exceden del límite previsto para luego multar a los conductores. Asimismo, también han llegado recientemente al mercado aparatos que detectan la presencia de estos radares e informan al conductor para que este mengue la velocidad tomada. El inconveniente con este tipo de dispositivos es que el infractor tendrá la tendencia a manejarse  siempre por encima del límite; convirtiéndose en un riesgo potencial para el tráfico vehicular.

 

Cuando ocurre un accidente en la vía pública cabe analizar cuáles fueron los desencadenantes que lo provocaron y en función de eso, se deben determinar las causas del mismo.

El no acaecimiento de un siniestro viene determinado por la combinación armónica de tres factores que se interrelacionan: la vía o entorno, el ser humano y por último, el vehículo (o los vehículos) que participan. Un desequilibrio en la interacción entre ellos puede derivar en un problema y cada uno puede tener diferentes grados de responsabilidad en el mismo.

Con respecto al entorno

Se lo llama técnicamente vía o medio. En este caso, es el factor humano el que debe adaptarse al mismo para la correcta circulación. En muy pocas ocasiones es la causa principal del siniestro ya que por lo general es un elemento pasivo que no interviene demasiado en los sucesos; sin embargo, es habitual que aporte determinados factores intervinientes en los desplazamientos y detenciones de los vehículos. El buen estado general de este elemento y la correcta señalización prevendrán problemas posibles.

Con respecto al factor humano

Este factor es el responsable de más de la mitad de los accidentes de tránsito ya sea por negligencias, violación de las reglas y demás. Los motivos que involucran a los seres humanos como principales responsables de estos inconvenientes se dividen en dos ramas:

a) Somáticas: relacionadas a problemas posibles del conductor dentro de su organismo ya sean visuales, acústicos o fallos motores. Están incluidas las enfermedades en general.

b) Psíquicas: se relacionan directamente con los síntomas provocados por inconvenientes mentales. Depresión, manías y fobias, entre muchas otras, se encuentran  dentro de este grupo.

Con respecto al vehículo

En algunos casos, las fallas de un vehículo pueden desencadenar un accidente vial. Los más habituales son entre otros, reventón de un neumático, fallos del sistema de frenado y problemas de dirección entre otros.