Artículos de la Tag elegida »»

2011 13 Jul

En México cada 30 minutos muere una persona a causa de un accidente de tránsito, convirtiéndose en la cuarta causa de muerte en este país, el tercer motivo de decesos entre la población varonil y el quinto entre la población femenil. En cuanto a los niños, representa la primer causa de muerte de aquellos cuyas edades fluctúan de 1 a 4 años de edad, y en jóvenes de 15 a 29 años.

Causas y  autoescuelas

Estas estadísticas hacen pensar al lector en cuáles serán los motivos o el trasfondo de las causas de los accidentes de tránsito, siendo importante destacar que desafortunadamente, las autoridades tanto locales como federales, no han implementado leyes más estrictas con respecto a los cursos de manejo, pues gran parte de los conductores han aprendido a manejar a través de sus padres o alguna otra persona que no cuenta con los conocimientos específicos para educar dentro de lo que son los parámetros mínimos de la seguridad vial, y aprendiendo con ello los mismos vicios de quien enseña.

Tampoco se ha puesto interés en la calidad de los cursos de algunas escuelas de manejo, tal es el caso de aquellos cursos intensivos de 10 horas, en los que no es posible abarcar la totalidad de los conocimientos básicos que debe aprender un conductor responsable.

Falta de cultura sobre seguridad vial

Por otro lado se encuentra el factor cultural. En México existe una cultura de la irresponsabilidad no conciente. Quizás cuestiones como dejar las cosas para mañana o promover la corrupción entre agentes de policía y conductores irresponsables, sean simplemente conductas para aligerar las arduas tareas cotidianas, pero forman parte de un problema aún más serio, como lo es la falta de reconocimiento de la responsabilidad personal en un accidente de tránsito, no afrontar la culpabilidad y buscar siempre pretextos para no reconocer los grados de responsabilidad que le corresponden a cada individuo de la sociedad.

Cuestiones más comunes como la fatiga, el estrés, la impuntualidad, el consumo de alcohol y drogas, son factores que facilitan los accidentes, los que en muchos casos pueden ser previsibles y más aún evitables.

Vale la pena hacer un análisis y tomar en cuenta que la seguridad vial es cosa de todos.

2011 2 Jul

La actitud es fundamental para cada cosa que se emprende en la vida y marca el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. Para la enseñanza del manejo es aún más importante, ya que de la manera en la que se enseña al aprendiz, será fundamental y decisiva en la manera de integrarse del nuevo conductor al mundo del manejo.

Muchas veces se hace referencia a la falta de recaudos en la conducción; los que producen accidentes de diferentes niveles de gravedad. Qué mejor que comenzar a prevenir y educar desde los inicios. La actitud del instructor debe formar una visión solidaria del manejo, dejando en claro que el aporte de cada conductor es realmente importante para la seguridad colectiva y la prevención de posibles accidentes.

El ejemplo debe primar en la enseñanza. La paciencia, la prudencia y el respeto y consideración hacia los otros conductores deben ser una constante en los hábitos de conducción. Esto podría ser la mejor contribución a la seguridad de su aprendiz como conductor.

Comunicarse de manera clara y no alterarse ante los desaciertos del estudiante ayudan a la buena convivencia y a generar la sensación de que el manejo es algo placentero. Cada vez que el aprendiz comete un error, lo ideal es detener el vehículo para marcar la falencia, de manera calmada y sin sobrecargar de información. Darle para cada caso la explicación necesaria para que quede claro cual hubiera sido el accionar correcto, pero no más comentarios de lo necesario. Todo esto ayudará a que el futuro conductor mantenga la confianza en sí mismo.

Utilizar un tono de voz agradable y servicial y estar atento a posibles muestras de nerviosismo, tensión o miedo ayuda mucho a la interacción entre instructor y estudiante. Es importante que se pueda tomar un tiempo para retomar la serenidad y calma luego de algún momento complicado durante el manejo. Cabe recordar que la persona que está aprendiendo a conducir siente demasiada tensión emocional, que se le exige demasiado y a veces, hasta que la situación lo supera.