La salida de las escuelas o las calles en obras no hacen si no poner en evidencia el problema del desorden circulatorio en la capital de la provincia de Tucumán, una lacra agravada, según el diario argentino “La Gaceta”, por la aparente falta de eficiencia de las autoridades destinadas al control de circulación urbana.
atasco
Un somero análisis del problema nos lleva a advertir un incremento muy importante del parque automovilístico, sobre todo de vehículos de dos ruedas. La fuerte apuesta de las autoridades por el consumo ha derivado en el hecho de que el coche, moto o furgoneta sean una fantástica inversión. Sobre todo en lo referido al último caso, con importantes ayudas públicas.
El sector agrario, “culpabe”, en buena parte
Por otra parte, la renovada pujanza del sector agrario –la soja se vende a precios altísimos- ha hecho que muchos se decidan a adquirir coches y furgonetas, contribuyendo de este modo a los cada vez más frecuentes atascos y embotellamientos, sobre todo en determinadas zonas de la población que, por sus infraestructuras han de acoger a vehículos que llegan del campo.
La ciudad, así como las de su entorno, no han sabido responder a este aumento. De hecho, las infraestructuras que han de contener este tráfico no han mostrado variaciones importantes a lo largo de los últimos años. Y algunos de los cambios o pequeñas obras no han dado el resultado apetecido.
Para acabar de complicar la situación, el pavimento no acaba de resistir el gran número de desplazamientos a los que se ve sometido diariamente en determinados puntos de la población, sobre todo épocas de cosecha, cuando los camiones han de acercarse a factorías y cooperativas.
De este modo, la solución pasa por una gestión integral y coordinada del panorama. Es preciso quelas autoridades de transporte y policía trabajen en conjunto para reorganizar la circulación de vehículos. Sólo así este problema posee visos de solución
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