Las legislaciones actuales han cambiado mucho en materia de evaluación del examen práctico de conducción, en especial lo que se refiere al examen práctico, pues más que conocer si efectivamente el aspirante a nuevo conductor sabe conducir, también, se debe conocer sus buenas prácticas en la conducción, cuestión que las nuevas reformas legislativas y los programas de conducción están impulsando.
El examen práctico de conducción y la conducción autónoma
En esta parte del examen se verifica que efectivamente el nuevo conductor conoce los principios básicos de conducción y que además, demuestre competencia frente al vehículo, es decir, que demuestre que sabe conducirlo de forma correcta, que hace buen uso del volante, del freno, del acelerador, que usa el cinturón de seguridad, que sabe utilizar los espejos, que sabe a qué distancia debe frenar, que sabe cómo debe arrancar, cómo enfrentar curvas, cómo actuar con pavimento mojado, cómo superar obstáculos, entre otros ítems que se valoran en el examen práctico de conducción.
Y ahora… la evaluación de eficiencia
Ahora bien, lo novedoso, es que además de lo anterior, se está impulsando la evaluación de la forma de conducción eficiente, es decir, no solo basta con saber conducir, sino que se conduzca eficientemente, ahorrando energía y generando la menor cantidad de contaminación posible. Lo cual, añade más valor al conductor, pues se genera conciencia de la polución que produce un vehículo y demuestra compromiso con el medio ambiente, cuestión que se pretende que ahora también sea ponderada y valorada en el examen.
Las pruebas de conducción se renuevan y adaptan a los nuevos, pero también, cambian según las tendencias ecologistas que hoy en día están cambiando el mundo. Así que no solo se revisará la autonomía, sino también la eficiencia.
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