El alcohol causa de casi 9.000 accidentes en un año en Perú

Según informa la agencia de noticias peruana “Andina”, Perú registró en 2011 ocho mil novecientos veintinueve accidentes en los que al consumo de alcohol había sido un factor determinante. Tales datos se desprenden de un informe del Ministerio de Salud, desde el que se añade que el número de víctimas mortales en las carreteras peruanas es uno de los más altos de América Latina.

Sólo entre Julio y Diciembre del año pasado se detectaron en las vías urbanas de Lima quinientos sesenta y seis conductores que dieron positivo en el control de alcoholemia, de los que el seis por ciento sobrepasaba el gramos por litro de sangre.

El alcohol, presente en muchos accidentes

Sin abandonar el área urbana, se presentaron mil cuatrocientos doce conductores involucrados en uno u otro tipo de siniestro. De ellos, dos de cada cinco habían ingerido una mayor o menor cantidad de alcohol, según el Estudio de la Estrategia Sanitaria Nacional de Seguridad Vial y Cultura de Tránsito.

Bernardo Ostos, directo de Promoción de la Salud de la citada institución afirma que “Con medio gramo, se duplica; con un gramo y medio, aumenta a 25 veces; y con 2 gramos de alcohol por litro de sangre, se puede llegar hasta 60 veces mas el riesgo de accidente”.

Falsas percepciones con costes muy reales

Así, un conductor con entre medio y un gramo medio de alcohol por litro se crece al sentir euforia y sobreestimar sus propias capacidades. En realidad, lo que ocurre es que pierde reflejos (y capacidad de reacción); se reduce su percepción visual; dilatadas las pupilas, es hipersensible al deslumbramiento; y calcula las distancias con mucha menor precisión.

Por tal motivo, desde el Ministerio de Salud, y dentro del marco de la Semana de Tránsito Seguro y Saludable, se impulsan acciones que ayuden a una cultura de respeto a las reglas de seguridad vial y no sólo se encarga de recuperar –cuando es posible- la salud de las víctimas de accidentes de tráfico.

Dicho en términos económicos: educar en el respeto es más rentable que gastarse los casi ciento sesenta millones de dólares que supone tratar cada año a las víctimas.