Aunque nos pueda costar creerlo en España actualmente es más probable encontrarnos con un conductor que haya consumido drogas antes que con uno que haya consumido alcohol, o al menos eso es lo que se desprende del estudio DRUID (Driving Under Influence of alcohol and Drugs), promovido por la Comisión Europea en el que ha participado la Dirección General de Tráfico (DGT).
Es estudio DRUID pretende profundizar rofundizar en el conocimiento del problema del consumo de alcohol, otras drogas y medicamentos en los conductores, revisar las posibilidades de intervención y armonizar las actuaciones en el marco europeo de la Unión.
En nuestro país este estudio se llevó a cabo entre septiembre del 2008 y agosto del 2009 y en el trabajo de campo se incluyeron a 3407 conductores, de los que el 16,9% se había puesto a los mandos de un vehículo después de haber consumido sustancias psicoactivas. De ellos sólo el 4,6% de los conductores la sustancia que habían consumido era alcohol, frente al 11% de ellos que había tomado otro tipo de drogas como cocaína o cannabis, que pueden afectar la capacidad para conducir y el 1,3% restante había consumido algún tipo de medicamento.
El motivo por el que en nuestro país sea más habitual encontrar a conductores que hayan consumido drogas frente al alcohol se puede deber a que en España no ha habido hasta el momento política disuasoria en el ámbito de las drogas de abuso en la conducción.