Si la presión de inflado es inferior a la recomendada por el fabricante, estos se calientan en exceso y se desgastan más rápidamente, sobre todo por los bordes y los flancos, aumentando el consumo de combustible y el riesgo de reventón. También se consume más combustible con neumáticos más anchos.
Si la presión de inflado es superior a la recomendada por el fabricante, se desgastan prematuramente por el centro. El contacto con el pavimento disminuye, siendo menor la adherencia.
A la rueda de repuesto le daremos la presión más alta recomendada por el fabricante.
Si durante el desarrollo de un viaje comprobamos que la presión de inflado del neumático se ha elevado, no le quitaremos aire, ya que ese incremento se debe al calentamiento del aire dentro del neumático.
Las ruedas deben estar alineadas y equilibradas para que el vehículo se desplace correctamente y evitar que a determinadas velocidades vibre la dirección. El equilibrado consiste en colocar unos contrapesos de plomo en las llantas para corregir el defecto.
Ante un reventón de una rueda no deberemos frenar, sino que levantaremos suavemente el pie del acelerador, sujetaremos firmemente el volante e intentaremos mantener la trayectoria del vehículo dentro de lo posible.
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Javier Merino
Profesor de Formación Vial