Uno de los grandes peligros que pueden presentarse la hora de conducir es la conducción monótona, la cual puede presentarse en carreteras muy largas, poco transitadas, autopistas o autovías.
El principal problema de la conducción monótona está en la falta de signos de alerta, lo cual incide en la percepción del conductor y por tanto en su capacidad para reaccionar durante la conducción. La sensación de aburrimiento y cansancio, especialmente en determinadas horas del día, puede llegar a ser peligroso tanto para la seguridad del propio conductor como para la de sus ocupantes.
Otro de los problemas que presenta la presencia de conducción monótona es la necesidad por parte del conductor de distraer su atención manipulando otro tipo de accesorios como la radio, el GPS, el sistema de climatización, e incluso el teléfono móvil entre otros.
El peligro de la conducción automática
Una de los riesgos que se presenta ante la conducción monótona es la conducción automática, en la cual el conductor se ve capaz de atender dos acciones a la vez, como por ejemplo llevar a cabo la conducción y atender una conversación telefónica. En este momento el conductor está pasando toda su parte consciente a la conversación mientras la parte automática se centra en la carretera, lo cual reduce en gran medida la capacidad de control ante un imprevisto.
El mayor peligro de la conducción automática está en la falta de reacción a la hora de pasar del automatismo al control,en el tiempo suficiente como para salvar cualquier situación de riesgo. En definitiva, es una práctica que muchos conductores utilizan, sin embargo entraña diversos riesgos que conviene prevenir.
La conducción automática, o subconsciente disminuye la capacidad de reacción, lo ideal para evitarla es realizar períodos de descanso, y comenzar cada tramo con los cinco sentidos en la carretera. Asegurar un buen estado de alerta es la mejor forma de afrontar una conducción segura.
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