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A pesar de que las señales de tránsito y su mantenimiento son implementos imprescindibles para asegurar una buena circulación vehicular y evitar accidentes viales, el algunas ciudades del mundo parecen existir ciertos problemas con el mantenimiento de estas. Es el caso de Lima, la capital peruana, donde, según informaciones recientes, al menos el 60 por ciento de los semáforos presentan fallas y desperfectos.

Faltan semáforos y policías

Estos desperfectos así como la ausencia de policías de tránsito en lugares donde se encuentran estos semáforos con desperfectos, generan más de 30 minutos de atrasos y atascos para quienes circulan por la cpaital peruana.  Según especialistas en este tipo de tecnología, muchos de los equipos presentan fallos técnicos, otros están apagados pero no son revisados para encenderlos y otros no reciben mantenimiento.

Falta sincronización

Además se agrega otro problema adicional, y es que en Lima los semáforos no están unificados, pues existen diversos modelos. En 2009 una normativa autorizó a los encargados del tránsito a comprar aparatos diferentes con sistemas de comunicación diferentes, y esto hace imposible la sincronización de todos los aparatos. Además, aún no existe un centro de control desde donde se manejen y controlen todos los semáforos de la ciudad.

Entre los problemas que generan los semáforos de la ciduad están que a pesar que hay 196 cruces con semáforos inteligentes, cuando se  llega a uno con desperfecto se pierden al menos 30 minutos en el congestionamiento. La falta de agentes de tránsito en las horas pico dificulta además la circulación por la ciudad.

Además, existe una falta de mantenimiento de los equipos debido a la ausencia de personal capacitado, pese a que las autoridades metropolitanas afirman que se realizan mensualmente  más de 400 inspecciones para reparar estos semáforos.

En general, las ciudades peruanas sufren de un déficit de semáforos. En Lima hay 6 mil 819 semáforos vehiculares y 2 mil 84 peatonales ubicados en mil 139 intersecciones de la ciudad, según los datos oficiales.

 

De los 30 millones de vehículos que circulan a diario por las calles y carreteras de todo México, entre el 55 y el 60 por ciento lo hacen sin haber contratado un seguro de accidentes viales, según el Centro de Experimentación  y Seguridad Vial de México (Cesvi), ya que este es uno de los pocos países que no contemplan el seguro obligatorio.

Esto representa un grave riesgo para la seguridad vial del país, dados los altos índices de accidentalidad en ciudades y carreteras mexicanas. Según un comunicado de la institución, el sector de las aseguradoras de vehículos en este país, paga alrededor de 35 mil millones de pesos al año por siniestros de automóviles.

Sin seguro obligatorio

Con estas condiciones, son numerosos los sectores que abogan por poner en funcionamiento una nueva normativa, o modificar la existente, para que el seguro sea obligatorio al comprar el vehículo. Actualmente el seguro no es condición para la adquisición del vehículo, y por tanto, no está legislada y regulada la responsabilidad civil el cuestión de accidentes de tránsito, según explica CESVI.

La adquisisción de un seguro a terceros, es decir, aquel que cubre la responsabilidad del conductor ante otros impliciados, no es demasiado costosa en México, contrario a lo que se piensa, pues puede comprarse un seguro de vehículo desde 100 pesos mensuales, algo que garantiza la protección de los conductores ante posibles eventos. Los expertos abogan por incluir el Seguro Obligatorio entre las estrategias que el país debe implementar para cumplir con las metas del Decenio de la Seguridad Vial, que establecen la reducción del número de muertes por esta causa en un 50 por ciento.

Grandes costos de los accidentes

Anualmente se producen en México más de cuatro millones de accidentes de tráfico que son los causantes de más de 24 mil muertes y 250 mil hospitalizaciones al año. Esta gran cantidad de personas lesionadas genera enormes pérdidas al año en materia de salud, infraestructura y seguros. En total, se calcula que los cosotos económicos de los accidentes suponen alrededor de un  4 por ciento del Producto Interno Bruto del país de forma anual.

 

Actualmente, la cantidad de accidentes de tránsito que ocurren a diario es alarmante a nivel mundial. Por eso, es muy importante saber de qué forma actuar frente a una situación de conflicto. Mientras esperamos la llegada de una ambulancia, podremos seguir algunos procedimientos que pueden ser muy útiles en estos casos.

En primer lugar, mantener la calma

Parece lo más sencillo, pero es lo más dificultoso a la hora una situación delicada. Es fundamental, sin embargo, generar un clima de tranquilidad. Si debemos esperar una ambulancia, no se gana nada con estados de alteración generalizados: en estados de desesperación el herido podría moverse generándose aún más lesiones. Es altamente recomendable acompañar en todo momento a la víctima, dialogando con ella y observar atentamente la evolución de su estado general.

Asimismo, es muy importante prestar  atención a curiosos (siempre presentes en este tipo de sucesos) que, lejos de brindar alguna ayuda, generan con su presencia un clima de espectacularidad y desesperación nada favorecedor para las víctimas. Es bueno saber que el herido todavía no tiene conciencia plena de su cuerpo y estado general, por lo que no agradable que vea caras ajenas de desesperación y susto. Así que si está a su alcance, intente retirarlos lo más posible del lugar de los hechos.

En segundo lugar, no haga de más

En muchas ocasiones, intentando ayudar podemos conseguir todo lo contrario; por eso por más que el general de la gente actúe de buena voluntad, hay cuestiones fundamentales que habría que evitar.

La primera regla básica es que nunca debe moverse a los heridos graves. Si existe la mínima posibilidad de que las víctimas tengan algún tipo de lesión medular desconocida por todos hasta ese momento, intentar moverlo podría convertirlo automáticamente, en una víctima fatal. Para eso esperaremos a la asistencia médica; pues son ellos quienes cuentan con los conocimientos necesarios para trasladar a los siniestrados.

 

 

Los excesos de velocidad causan el 25 % de los accidentes de tráfico y el 38 % de los accidentes mortales a nivel mundial. Estadísticamente, la mayoría de los conductores en infracción son varones entre 18 y 25 años que conducen motocicletas o ciclomotores y tienen menos de dos años de experiencia detrás del volante.

Por regla general, quien comete esta infracción incumple también con otras como ser el no uso del cinturón de seguridad o el olvido del casco.

Medida preventiva

En las rutas y zonas urbanas los límites de velocidad establecidos corresponden a varios factores: el tráfico, las condiciones climáticas y las características generales de la vía entre otras. Cada país determinará los límites correspondientes a su territorio según condiciones determinadas. Es de vital importancia que cada uno conozca de antemano el límite impuesto por la legislación pertinente para no incurrir en faltas innecesarias.

Por leyes físicas, cuánto más alta es la velocidad del vehículo más grave es la colisión y mayores resultan ser las lesiones de las víctimas. A mayor velocidad, menor es el tiempo con el que cuenta el conductor para frenar y evitar algún posible impacto. Además, las grandes velocidades provocan una disminución del campo visual de quien conduce (se lo conoce popularmente como “efecto túnel”).

Si, además, agregamos condiciones climáticas adversas (lluvia, nueve, heladas, viento intenso) la situación puede resultar más peligrosa aun pues el automóvil no responde de la misma forma que en condiciones habituales.

Radares y detectores

En la actualidad, existen en la mayoría de las carreteras de importancia, sistemas de radares fijos y móviles que se encargan de medir la velocidad de los vehículos circulantes y registrar a aquellos que se exceden del límite previsto para luego multar a los conductores. Asimismo, también han llegado recientemente al mercado aparatos que detectan la presencia de estos radares e informan al conductor para que este mengue la velocidad tomada. El inconveniente con este tipo de dispositivos es que el infractor tendrá la tendencia a manejarse  siempre por encima del límite; convirtiéndose en un riesgo potencial para el tráfico vehicular.

 

Las  luces de corto alcance, también conocidas como luces de cruce, son aquellas que se utilizan durante la noche para iluminar el camino a una distancia de aproximadamente 40 metros por delante. Asimismo, se emplean en pasos interiores donde no llega la luz, aparcamientos y túneles. Ayudan, de esta forma a visualizar mejor el tráfico sin encandilar a quienes circulan en sentido contrario.

Obligatoriedad legal

En muchos países de América Latina ya son de uso obligatorio durante el día en sitios especiales como carreteras o autovías. La razón de esta medida radica particularmente  en que estadísticas mundiales indican que la utilización de las luces de cruce podría reducir en un 5% la cantidad de accidentes de tránsito a nivel continental.

Ventajas y desventajas

Mediante su uso podremos verificar algunos pros y contras.

Ventajas: Permiten vislumbrar vehículos a grandes distancias con mayor facilidad, sobre todo en circunstancias climáticas adversas como ser la neblina o la lluvia y además, ayudan a visualizar ciclistas y motoristas de manera bastante clara.

Asimismo, es bueno  recordar siempre que su uso beneficia nuestra visión en épocas invernales, cuando las luces diurnas son mucho menores que en verano, afectando la visibilidad general. Por último, permiten  calcular mejor la distancia y velocidad de los automóviles que se aproximan en dirección contraria a la nuestra.

Desventajas: En primer lugar, se dice que aumentan el consumo de combustible y que se gastaría ligeramente  más en bombillas, algo insignificante si de vidas humanas hablamos.

Más allá de esta observación sin importancia, debemos tener en cuenta potenciales problemas que podrían causarnos al circular, como ser por ejemplo el deslumbramiento al vehículo que las reciba (siempre y cuando estemos hablando de luces con intensidad relativamente alta) y el camuflaje de un vehículo entre otros que lleven las luces encendidas también.

Por eso, más allá de la obligatoriedad legal, es importante a hacer buen uso de las luces de cruce abogando así  por nuestra propia seguridad a la hora de conducir.

 

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