En virtud de la situación actual que se presenta en las calles mientras las personas conducen, en donde la agresividad, violencia, intolerancia, impaciencia y constante violación a las normas de tránsito es lo que reina, se denota con más urgencia la necesidad de crear y fomentar el uso de las autoescuelas como agentes de cambio. Y es que precisamente eso es lo que hace una autoescuela ser un agente de cambio para las personas que se entrenan y aprenden en ella. Aunque a causa del aprendizaje empírico, la tradición de la autoescuela muchos la pasan por alto.
La autoescuela en la educación formal
Otro punto relevante, es que muchos pensum de estudio en Latinoamérica han sacado de sus cátedras la materia de educación vial, trayendo esto muchas consecuencias en la sociedad actual, en donde desconocen las señales de tránsito y su significado, de allí, que el examen teórico de conducción sea reprobado por los jóvenes, puesto que desconocen en gran medida las normas de conducción que rigen en su país.
Participación de las autoescuelas en las aulas
Sin embargo, como consecuencia de lo anterior, muchos colegios e instituciones educativas, toman cierto tiempo para de sus alumnos para invitar a determinadas autoescuelas para que acudan a las aulas de clase y así poder enseñar a los jóvenes al menos, un poco de cómo debe ser su conducta frente al volante, su conducta como copilotos y su conducta como peatones. Enseñanzas que los harán mejor persona y por ende, mejores ciudadanos.
Las autoescuelas como agentes de cambio intentan formar a jóvenes y adultos en la dura tarea de conducir, pero, no solo basta con enseñar la práctica, sino también, se dedican a enseñar cómo debe ser la conducta de un conductor responsable y cómo prevenir los fatales accidentes de tránsito que cobran tantas vidas.
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